lunes, enero 28, 2008

Pobrecitos los especuladores

Tranquilizadoramente, Alan García ha dicho que los únicos que deben sentirse afectados por la crisis de las bolsas y el dólar son los especuladores.

El problema es que el actual sistema capitalista global está cimentado en una inmensa masa especulativa. La proporción entre los montos transados sobre valores reales y los que se mueven por pura especulación es abrumadora. Y mucho más si se mira desde la producción y la economía que sólo mueve dinero.

Las grandes corporaciones mismas han trasladado el grueso de sus inversiones a las bolsas y a movimientos especulativos alejados de su actividad principal. Nadie espera obviamente que los accionistas no aplaudan a sus directorios cuando adquieren bonos de alto rendimiento, compran una empresa para revenderla a mayor precio o copan a futuro el mercado de determinados productos.

El sobreendeudamiento especulativo que está en el centro de la crisis afecta a todo el mundo: bancos, empresas, consumidores, y de alguna manera hace pensar que la globalización ha hecho que todos los que está en el sistema traten de especular.

El precio del petróleo y los alimentos que hoy empujan hacia la inflación global, son intensamente especulativos, a pesar de que sea cierto que ha habido un aumento de la demanda. Los temas de “guerra de Irán”, “no solución en Irak”, “conflicto en Nigeria”, “intervención en Venezuela” funcionan perfectamente para llevar al crudo al cielo. Y hay grandes ganadores de eso. Como el de los biocombustibles, que ha tirado al cielo al trigo, maíz y otros. .

En cierto sentido García y los políticos de su estirpe son también parte de la economía de la especulación. Su victoria electoral y su permanencia en el poder se sustenta en el supuesto que un presidente proinversión es un activo del que redundarán ganancias en el largo plazo.

Por eso mismo, su reacción al igual que la de los gerentes de los bancos, AFP y bolsas de valores, tiene que ser la de restar ansiedad a las noticias sobre las violentas caídas de los últimos días. El mensaje de cada uno de estos es: sigan creyendo en nosotros, no retiren su plata porque sino la cosa puede ser mucho peor.

¿Cómo podría seguir nuestro presidente ofreciendo el Perú a la venta, como acaba de hacerlo en España, si tuviera que admitir que el clima económico-financiero que existía al comienzo de su gobierno, ha empezado a modificarse? ¿Y cómo explicar que en tantos años de correr con la corriente del ascenso de la economía internacional, se deba reconocer que no se preparó nada para el cambio de ciclo?

Como la cigarra del cuento, seguimos creyendo que nunca llegaría el invierno.

28.01.08
www.rwiener.blogspot.com

1 comentario:

huanako dijo...

Pobrecitos nosotros los peruanos que nos tenemos que bancar a esa banda criminal, semi ignorante y retrógrada que tenemos como gobernantes. Ojalá mula loca no dure los 5 años y se muera dolorosamente o lo saquen pronto.