domingo, agosto 31, 2008

La Vero Zavala

Poco faltó para que la ministra Zavala, recordara al Congreso que la principal causa de muerte en el país son las enfermedades trasmisibles y algunos tipos de cáncer, y no los accidentes en las carreteras. Porque ese era el sentido de su alusión a que en las áreas urbanas los carros se chocan más, o que en las vías fuera del plan “tolerancia cero” no han disminuido las muertes, como si lo habrían hecho en las zonas bajo control ministerial. Pero el hecho es que ella fue interpelada para que respondiera por una impresionante racha de siniestros producidos entre julio y agosto, teniendo como escenario reiterado la carretera Panamericana, la más importante del país, y alguna otras rutas troncales a cargo de los agentes que no deben tolerar nada, pero que se les pasa cada cosa, como chóferes embriagados, con sobre-trabajo, vehículos con deficiencias técnicas, buses informales, etc.

Verónica Zavala, como sus colegas de gabinete, encara su función como una eterna explicación de los avances y logros, que muy pocos ven, y como una evasión de responsabilidad por los resultados negativos. Como Alva Castro, ella no es la que mata; en este caso porque no maneja buses o camiones. Pero ella es la responsable del sector donde hay otro tipo de carne, que son los suculentos contratos de carreteras “público-privados”, las concesiones de infraestructura, y grandes empresas de servicios como la Telefónica. Esto es mucho dinero, muchos intereses y demasiados amigos cercanos que ya han tomados sus puestos como promotores, coordinadores, gestores, consultores y asesores de estos negocios. Se puede apostar que la ministra se aferra al cargo por todo lo que eso significa, y todos los que le piden en privado que no suelte ese ministerio, clave en esta fase del modelo económico.

Frente a ello, los buses estrellados, los cadáveres en las pistas, las empresas que se clausuran y se reabren al día siguiente, los chóferes mal pagados y cansados que nadie defiende, los familiares de las víctimas que piden justicia, importan poco o casi nada. Por eso se fue de viaje en plena escalada de accidentes. Y se enteró a miles de kilómetros de varios de los más sangrientos episodios, y no cambió su rostro impasible y su distraída manera de hablar. La ministra Zavala, escogida para el cargo, por su habilidad privatizadora, debe pensar que este asunto de regular el tráfico carretero es de monta mínima, y que ella no está para renunciar por un asunto colateral a lo que le realmente le interesa.

Otras cosas que la cargan deben ser las revisiones técnicas que permitió que se las agarrara la municipalidad de Lima, al margen de la ley, con las consecuencias del despelote que hoy existe. Debe tratarse de un negocio demasiado pequeño como para interesarle. El Congreso por supuesto no ha podido con la Verónica, a pesar que ella no dijo nada y una situación que todos dicen que es crítica, queda sin soluciones. Y es que este Congreso es incapaz de cualquier cosa, salvo que le pongan una lanza en la espalda.

31.08.08
www.rwiener.blogspot.com

1 comentario:

Julio Gómez dijo...

Le faltó mencionar que a muchas de esas carreteras les falta la señalización adecuada. Tanto que admira a chile al punto de exonerarle de impuestos a su aerolinea de bandera, la ministra devería estudiar que hace el país vecino en prevención de accidentes y en señalización.

ver: http://tvbruto.blogspot.com/2008/08/el-terrorismo-no-fue-vencido.html

saludos