viernes, agosto 15, 2008

Reconstrucción fallida

Hace pocos días el ministro de Interior inspeccionó el sur chico para ver el estado de las comisarías de la zona y ordenar su reconstrucción. El de Salud puso la primera piedra para el nuevo Hospital de Pisco. El de Educación visitó colegios que están funcionando en esteras y dijo que se seguiría invirtiendo en infraestructura educativa. El ministro de Vivienda empezó a repartir títulos de propiedad a las familias, para que puedan obtener un bono especial para invertir en volver a levantar sus hogares.

Todo esto en los días previos al primer aniversario del terremoto y cuando ya se sabía que la población afectada iba a hacer sentir su protesta a través de un paro. Por cierto la gente no se conmovió con que el gobierno calificara de “injusto” el reclamo de más esfuerzo; ni se intimidó cuando García volvió a impacientarse y los culpó por lo no hecho. Mucho menos tomó en serio la alucinante cifra que repite la propaganda oficial sobre la cantidad gastada en la zona de desastre, que no se corresponde con la realidad, y si fuera verdadera debería conducir a muchas personas a la cárcel por robo agravado.

El hecho es que el país, en el sentido más amplio de la palabra, estima que la reconstrucción es un fracaso que el gobierno no quiere admitir. Es lo que lleva hasta los días iniciales de la crisis, cuando en medio del desorden, la ineficacia y la corrupción, empezó a discutirse la estrategia para Pisco y el resto del área siniestrada. Y ahí hubo quiénes (puedo sospechar sus nombres) le vendieron la idea al presidente de una reconstrucción diferente, moderna, pública-privada, hecha por gente de éxito, sin complejos, etc. De donde salió el FORSUR, dirigido por un pollero con antecedentes de financista de bandas paramilitares.

Si llevamos tanto tiempo transcurrido en la inacción y la confusión, se lo debemos a ese torpe esquema del que hoy nadie habla. Iban a hacer de Pisco una ciudad modelo, un centro turístico, un hub de conexiones de transporte, un emporio agroindustrial, y mover a la población donde no estorbe, al lugar que sería decidido por los diseñadores. Cuántas veces le preguntaron a Favre porqué del estancamiento, respondía que era porque estaba haciendo planes, lo que le permitía veranear en Punta Sal o atender a sus pollos, mientras los damnificados seguían a la intemperie. Y García añadía que eran perros los que advertían el disparate.

Hay, sin embargo, algunos datos que acreditan la puntería del proyecto FORSUR: el aeropuerto se concesionó; las agroindustrias tuvieron luz y agua antes que la ciudad; muchas familias fueron prohibidas de iniciar la autoreconstrucción de sus viviendas por estar fuera del plan; Chlimper y Kuczynski se pelearon con Favre; el presidente de Ica rompió con el gobierno; etc. Con razón el pueblo está tan amargo.

17.08.08
www.rwiener.blogspot.com

No hay comentarios.: