jueves, octubre 02, 2008

La crisis según PPK

PPK es una extraordinaria combinación de político con banquero, de economista con hombre de negocios, de privatizador con hombre de Estado, de alarmista con apaciguador, etc. Como político sabe que ante el derrumbe de toda su teoría, lo único que queda es actuar, por eso no se hace bola con las compras de bancos, aseguradoras e inmobiliarias en los Estados Unidos. Peor era dejar caer el sistema, nomás. Como banquero además sabe que el asunto es no asustar a sus clientes que ya han iniciado la corrida de dinero. Alto, dejen su dinero dónde está que nada va a pasar. Hasta que pase nomás.

Como economista neoliberal PPK jamás aceptará que la liberalización y desregulación de la que fue promotor ideológico tanto tiempo, son responsables del actual desorden financiero mundial; pero como hombre de negocios, que tiene inversiones que defender, coincide sin vacilaciones en que ha llegado el momento de que el Estado proteja a los inversores y regule a los especuladores, sin que pueda medir por ahora la profundidad del viraje y la duración de este nuevo intervencionismo.

Como privatizador, sería mucho pedirle que el hombre reconozca que detrás de la crisis está el extraordinario poder de decisión que el Estado norteamericano (y el peruano, en gran parte bajo su inspiración) trasladó a las grandes corporaciones y bancos; pero como lo hace el PPK del norte (Henry Paulson), no vacila en reconocer que llegado el momento sólo una poderosa voluntad estatal puede corregir todas las decisiones negativas que se tomaron en la fase anterior.

Como alarmista profesional PPK puede hablar de los enormes peligros de la inflación si se suben los salarios y se aceptan los reclamos regionales, de la tragedia presupuestal que podía haber ocurrido si no se realizaban las privatizaciones programadas para los primeros años de la década del 2000 (que no se realizaron por la resistencia arequipeña, y no pasó nada), o del desborde excrementos en Lima si no se vendía SEDAPAL, para lo cual ya había formado una ON de asesoría; pero como apaciguador de coyuntura, lo que hace es recomendar a Althaus que se tome su valium, que la cosa no es para tanto, que el capitalismo va a salir siempre adelante aún a pesar de la bancarrota de Wall Street y del rechazo de la Cámara de Representantes del plan de Rescate de Bush.

El triunfo del capital es inexorable a pesar de la crisis, es el mensaje del ex ministro de economía que en eso se parece a los viejos comunistas, que también creían en que su victoria estaba inscrita en la historia y que nadie la podía evitar.

01.09.08

www.rwiener.blogspot.com

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