martes, octubre 13, 2009

Aborto rojo

¿Y qué tiene que ver el derecho de la mujer sobre su propio cuerpo, con las esterilizaciones forzadas de la época de Fujimori, que tanto hace reír al rey de las “chiquitas”? Pues lo obvio. Que en uno y otro caso se trata ni más ni menos que del asunto de la libertad individual y de los controles ancestrales que la Iglesia y los Estados trataron siempre de imponer sobre las personas, es especial sobre las mujeres.

Una mujer violada tiene todo el derecho de decidir sobre el fruto de un acto de violencia y humillación, y eso en nada se compara con el hecho de que una campesina sea sometida a la ligadura de trompas en el post parto, sin tener conciencia de lo que le están haciendo o siendo directamente engañada sobre el procedimiento. Más aún sin una mínima consideración sobre su visión cultural y la decisión compartida con su pareja (que dicho sea de paso, además, provocó varios casos de intervenciones mal hechas, con muerte de las pacientes)

Entonces qué tiene de extraño que uno, sea de ideas rojas o azules, apoye por elemental criterio que se despenalice el aborto en los casos de feto con daño irreversible, embarazo riesgoso para la vida y violaciones, y que lo haga desde una posición de principios, y no escondido bajo un estúpido trabalenguas (que la pena es reducida, así que no se aplica, o sea que es lo mismo que se condene o que se reconozca el derecho, ja, ja, ja); y que al mismo tiempo se denuncie la brutal política racista del régimen de los 90 de esterilizar mujeres quechuas y campesinas, al margen de su voluntad, a razón de cuatro por mes, en cada establecimiento, como si se tratara de beneficiar ganado, tratando de cubrir estadísticas pactadas con los organismos internacionales.

Obviamente que nadie podría obligar a la violada a abortar, ni a la que decide concluir un embarazo destinado a producir un bebe muerto o con bajísimas posibilidades de llevar una vida sana, o la que arriesga su propia existencia continuando el proceso. Pero que exista un sector influyente en la sociedad, con ecos en el Consejo de Ministros, la prensa, la educación y el templo, que pregona lo contrario, y que cree que sí se puede imponer a una mujer lo que los demás no están sufriendo, y más aún que se puede perseguir a las trasgresoras, aunque sea para una sanción simbólica, es una muestra de medievalismo en plena modernidad armada para los grandes negocios. Después de todo lo que se busca es coactar a los médicos y los demás profesionales de salud, para que no cumplan con su tarea de salvar vidas. A estas alturas existen varios casos denunciados ante la Corte Interamericana en la que los centros médicos se han negado a intervenir para evitar la muerte de la madre, porque entendieron que esta sociedad no se rige por las leyes o el sentido común, sino por los dictados de Monseñor Cipriani.

Le más curioso de este tema es como los supuestos liberales juegan en el campo del peor oscurantismo. Y convierten asuntos de viejísima estirpe libertaria en temática de “rojos”, que deben ser espantados con una cruz o con una risa fingida desde un diario. Son los costos de la alianza reaccionaria que se armado los últimos años.

15.10.09
www.rwiener.blogspot.com

5 comentarios:

Ernesto dijo...

La poca legitimidad que consiguieron las feministas en los 70s y 80s la perdieron totalmente al ponerse de parte de las esterilizaciones y ahora de parte de los mercaderes del aborto.

Juan A. Cavero G. dijo...

El primer derecho que tiene cualquier ser humano es sobre su propio cuerpo y, por supuesto, el de no ser violentado, ni sufrir las consecuencias que se deriven de ello, sean o no que pongan en peligro su vida. Los extremistas religiosos tienen todo el derecho a profesar las ideas que crean convenientes, pero no a imponérselas a los demás como leyes coercitivas, según las cuales una mujer está obligada, de por vida, a sufrir las consecuencias de una violación, o poner en peligro su vida, por no interrumpir un embarazo que la compromete. A esto extremos llega la irracionalidad de estas personas. Claro, como a ellos no les concierne personalmente el problema, entonces qué importa que otras personas carguen con él.
En toda esta discusión, la nota de humor negro la ha puesto el ex-basquetbolista Cipriani, cuando dice que la Iglesia Católica se podría hacer cargo de los niños nacidos de embarazos no deseados en los casos involucrados. Que una institución acusada repetidamente, a nivel internacional, de tener entre sus miembros a un número no desdeñable de pederastas, sea encargada de criar niños, sólo puede tomarse como una broma de mal gusto.

Raul Wiener dijo...

Señora María Isabel:

Yo no me he dado ninguna autoridad. Más bien me rebelo contra la idea de que esto sea un asunto de autoridad, donde el Estado, o la Iglesia, y usted con ese tono con que escribe, reducen el derecho del otro y le dicen: si tienes un embrión en el vientre, aunque sea el producto de una violación brutal y destructiva, o así se sepa que el niño tendrá minimas posibilidades de vida, ordenan seguir el proceso; porque creen que el utero no es de la mujer sino de la "sociedad" o si quieren de "Dios".

No puedo imaginar que si hubiera un ser superior todo bondad, ordenara a la mujer morir con el niño, o gestar para perderlo o tener que que aceptar la irreversibilidad del estrupo.

Lo que no entiendo es su perorata contra las "señoras promotoras del aborto", que ueted no identifica y que yo no sé quiénes son. No creo que este debate trate de mercaderes que quieren vender sus servicios, en todo caso los que reclaman perseguir a la mujer que aborta, son aunque no lo reconozcan promotores del aborto ilegal en las condiciones de mucho mayor riesgo, que es la realidad que hoy existe, y que es especialmente doloroso en las familias que pueden pagar menos por esta intervención.

Si las señoras que a usted le preocupan no dan buena información dirígase por favor a ellas. Lo que no puedo aceptar es el falso liberalismo que para no pelear con Cipriani, y todo el campo de extrema derecha que representa, hace los hombros para arriba en este tema que toca vivamente la libertad individual, y que el Monseñor deol Opus Dei que se negaba a atender los casos de derechos humanos en Ayacucho (asesinatos, desapariciones, violaciones de mujeres), quiera aparecer ahora como preocupado de la vida, de los niños rechazados por sus padres y de los derechos humanos.

Saludos

Raúl

Unknown dijo...

Esta considerado como excepción al delito tipo, para caso especifico de Aborto Terapéutico, para salvar la vida y salud de la madre gestante puesta en peligro debe optarse por interrumpir el embarazo, es decir circunstancias que hacen inviable la madurez del feto o de su normal desarrollo en el senomaterno, lo que evidentemente requiere de Informe Médico especializado, basado en Exámenes Clínicos que lo corroboren.
Es decir para este caso en concreto el Aborto no constituye delito, no es perseguible de Oficio por el Ministerio Publico, se cancela todo proceso penal y condena al autor y cómplices.
Lo que es motivo de debate es su reglamentación, la puesta en vigencia de esta norma, para la eficaz protección para las madres que vienen muriendo, por falta de atencion en los Hospitales que se niegan a practicarla, para evitar verse involucrado en agotadores procesos penales, por responsabilidad extracontractual, daños y atentar contra la vida y salud de las personas -la madre y el niño por nacer.

En nuestro país, donde la vida y salud de los niños está expuesta a las pandemias, del hambre, la desnutrición, a los vejámenes de violencia y atentados contra su integridad sexual, corporal, con igual incidencia que los robos, toda invocación a sus derechos, parece una mofa de mal agüero, no hacemos nada por ellos, y nada hacemos para evitar que las madres pobres se vean rodeadas cada vez de mas niños macilentos, que sera de su educación, del pan y abrigo en calorías de cada dia, de un empleo para cuando crezcan y exijan mas derechos, entonces y solo entonces contrataran expertos judíos en exterminio. Ese es el precio de nuestra hipocresía. Dejen pues que se culmine el trabajo de reglamentación de un Tema que está reservado a quienes lo padecen y deben superar quizas con un poco de pecado, pero sin escándalo por favor.

Unknown dijo...

Esta considerado como excepción al delito tipo, para caso especifico de Aborto Terapéutico, para salvar la vida y salud de la madre gestante puesta en peligro debe optarse por interrumpir el embarazo, es decir circunstancias que hacen inviable la madurez del feto o de su normal desarrollo en el senomaterno, lo que evidentemente requiere de Informe Médico especializado, basado en Exámenes Clínicos que lo corroboren.
Es decir para este caso en concreto el Aborto no constituye delito, no es perseguible de Oficio por el Ministerio Publico, se cancela todo proceso penal y condena al autor y cómplices.
Lo que es motivo de debate es su reglamentación, la puesta en vigencia de esta norma, para la eficaz protección para las madres que vienen muriendo, por falta de atencion en los Hospitales que se niegan a practicarla, para evitar verse involucrado en agotadores procesos penales, por responsabilidad extracontractual, daños y atentar contra la vida y salud de las personas -la madre y el niño por nacer.

En nuestro país, donde la vida y salud de los niños está expuesta a las pandemias, del hambre, la desnutrición, a los vejámenes de violencia y atentados contra su integridad sexual, corporal, con igual incidencia que los robos, toda invocación a sus derechos, parece una mofa de mal agüero, no hacemos nada por ellos, y nada hacemos para evitar que las madres pobres se vean rodeadas cada vez de mas niños macilentos, que sera de su educación, del pan y abrigo en calorías de cada dia, de un empleo para cuando crezcan y exijan mas derechos, entonces y solo entonces contrataran expertos judíos en exterminio. Ese es el precio de nuestra hipocresía. Dejen pues que se culmine el trabajo de reglamentación de un Tema que está reservado a quienes lo padecen y deben superar quizas con un poco de pecado, pero sin escándalo por favor.