domingo, octubre 04, 2009

Todas las pistas llevan a García

Rómulo, Don Bieto, Canaán, Ponce Feijóo y varios otros, han ocupado buena parte de la información periodística entre octubre de 2008 y la fecha. Y lo que tienen en común es que todos ellos están procesados o investigados, algunos presos y otros todavía libres, aunque sea evidente su participación en actos de corrupción. Lo otro que los relaciona, es su cercanía con el presidente Alan García.

Acaba de hacerse público la existencia de nuevos audios que pondrían en evidencia el poder que el simpático Bieto tenía sobre jueces y fiscales. Y cómo lo ejercía en nombre del presidente y la ansiedad que era capaz de producir en los magistrados. Pero claro, García no sabía nada de lo que estaba pasando a sus espaldas. O delante suyo.

Lo mismo pasaba con las actividades de Rómulo León, el aceitoso de esta historia (abría todas las puertas, sin necesidad de llaves) del cual dijo el presidente de Discovery Petroleum que había logrado lo que no ocurría en ningún otro país, una reunión de los inversionistas con el presidente de la república, lo que determinó que lo contra taran como su representante. Pero, la explicación oficial es que García no quería que el que después llamaría “rata”, se acercara a Palacio.

Hay varios audios de las conversaciones telefónicas entre la secretaria del presidente, Mirtha Cunza, y Rómulo León, organizando la agenda de las visitas de Canaán, donde ella misma era una de las visitantes más frecuentes, junto con el secretario general de Palacio de Gobierno, Luis Nava, el primer ministro Jorge del Castillo y otros cinco ministros. Evidentemente el presidente fue sorprendido por todos estos, ninguno de los cuales ha sido investigado, procesado, sancionado; y secretario y secretaria siguen aún en su puesto.

En otra conversación interceptada entre Rómulo y Fortunato Canaán se comenta lo que el primero le dijo al tío George, respecto al negocio de los lotes petroleros: “Jorge, quiero que sepas... si los hospitales pueden apoyar para la campaña; este tema no apoya la campaña, ¡resuelve la campaña!” a lo que el primer ministro de la época habría respondido con un decisiva pregunta: “¿Qué hay que hacer?”. O sea que hospitales, petróleo y otras, estaban en el mismo paquete de campaña. Pero el presidente no sabía tampoco lo que hacía el pemier y la caja que estaba armando para las elecciones.

Ponce Feijóo había llegado a Alan García en la campaña del 2006, para entregarle información de inteligencia, y según Gustavo Gorriti aceptó el encargo de ocuparse del comandante Humala mediante acciones de contrainteligencia que todavía algunos recuerdan: armas que entraban por Bolivia, chavistas que llegaban a Iquitos desde el Brasil, petrodólares que invadían el Perú. Más tarde, el propio Chito Ponce le trajo a Giselle Giannoti, para que revele un plan para matar al presidente con balones de gas rellenos de gasolina en la navidad del 2006, que condujo a la detención de dos jóvenes dirigentes de la organización “Todas las Voces”, que fueron liberados en menos de 24 horas por la policía, por falta de pruebas.

O sea Ponce Feijóo era de toda la confianza del presidente García y por cierto íntimo del vicepresidente Giampietri. Y no debe ser casualidad que pudiera llegar al Congreso, la Contraloría, la Confiep, el gobierno regional del Callao, diversas municipalidades, para hacerse cargo de su seguridad. Es decir tenía las mejores recomendaciones. Pero nadie sabía que los estaba chuponeando mientras cobraba por protegerlos. ¿O era que cada uno de los contratantes quería también sus servicios en el campo de las comunicaciones y el astuto marino terminó de esta forma interceptando a todos? ¿No era eso lo que hacía Montesinos, cuyas principales víctimas de intercepciones y grabaciones eran miembros del propio gobierno? ¿Cuál era el papel de Giampietri, el otro viejo hombre de inteligencia, en esta trama?

Cuando se observa que Ponce Feijóo y su banda cayeron en enero mientras trabajaban normalmente, seguros que los servicios de inteligencia y la policía de seguridad del Estado no se iban a meter con ellos, es imposible no preguntarse quién le pidió a la Fiscal Gladys Echaíz comprarse este problema y valerse de la policía antidrogas para la captura. ¿Quién sabía que había una organización chuponeadora tan próxima a los más altos niveles del poder que nadie sospecharía de ella, salvo alguien de la misma cúpula? Pero hay algo más: si en enero de 2009, toda la planilla de Business Track fue encarcelada porque de alguna forma una “investigación especial” los pescó con las manos en la masa; en junio el presidente llamó a su lado, como ministro de Vivienda, al abogado de la empresa de los chuponeos. Con lo que la supuesta capacidad de errar y de escoger la peor compañía, por parte de Alan García alcanzó cifras de Guinnes.

Y así estamos en el punto actual. Todo lleva a García. Pero para completar el cuadro se requiere de información que está en manos de jueces y fiscales. ¿Y alguien cree que Martínez y Barreto van a explicar lo que aparece sobre García en la información incautada? Hay demasiadas razones por las que no lo harán

04.10.09
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