viernes, diciembre 04, 2009

País minero o de los mineros

El Perú es el primer productor de plata en el mundo, el segundo en cobre y zinc, el tercero en estaño, bismuto y telurio, el cuarto en plomo y molibdeno, el quinto en oro. Y podríamos seguir. El 59.1% de las exportaciones de 2008 fueron mineras, y el 62 % en el 2007. Este año, con el desplome de las exportaciones no tradicionales, el país ha aumentado, sin duda, el componente minero de sus ventas al exterior.

A comienzos de 2009, además, las concesiones mineras abarcaban más del 15% del territorio nacional, incluyendo el íntegro de varias provincias. Pero cada año, cuando se reúnen los empresarios del ramo en Arequipa en su Convención Minera (uno de los principales acontecimientos del jet set empresarial peruano), lo que se oye es la expresión: todavía nos queda el 85% del país para sacar minerales.

Otro dato es que poco más del 25% de las inversiones extranjeras llegadas al Perú han tenido como destino la actividad minera, y de ese total el 90% son procedentes de Estados Unidos, Reino Unido, China y Canadá. En resumen, si bien el sector minero viene a representar alrededor del 5% del PBI de país, al mismo tiempo es un factor clave en el desarrollo de las exportaciones y la obtención de divisas, en la atracción de inversión y concentración de la propiedad y en la reestructuración del sistema de distribución de la tierra.

El capital extranjero es ampliamente dominante en la minería peruana. Sin embargo, una fracción muy importante de empresarios peruanos aparecen como representantes del sector minero, entre ellos el actual presidente de la Confiep. En la última reunión de CADE, entre los tres patriarcas de mayor fortuna y poder económico en el país, se encontraba Alberto Benavides de la Quintana, dueño de la mina Buenaventura, socio minoritario de Newmont Mining de Estados Unidos en Yanacocha Cajamarca, la primera extractora de oro del país y padre de Roque Benavides, el líder empresarial más cercano a Alan García.

No es cualquier cosa que nuestro principal inversionista minero tenga una participación minoritaria en uno de los grandes proyectos mineros del país. En muchos otros casos la presencia extranjera asciende prácticamente al 100%. Por tanto cuantas veces se dice que el Perú es un país inexorablemente minero, es casi equivalente a que se diga que este país es en gran medida una propiedad de extranjeros.

Los españoles llegaron a estas tierras detrás del mito del dorado, imaginando que aquí encontrarían las más grandes riquezas del mundo. Bajo esta convicción ignoraron todo lo demás: la organización agrícola del imperio, el dominio de la geografía, las tecnologías y las capacidades administrativas y productivas de la gente. Hoy es casi igual, con la peculiaridad de que nuestros gobernantes y la llamada clase dirigente se vendan en el mundo ofreciendo la variedad de minerales que se encierran en los andes y las garantías gubernamentales de que las ocupaciones humanas que existen sobre el terreno de los proyectos no serán problema, pues el Estado se ocupará de ellos.

Cuentan que cuando García se reunió con el secretario general del Partido Comunista de China que quería saber si la empresa china Zijin, debía comprar el proyecto Majaz en Piura, a la Monterrico Metals, a pesar de la resistencia de las comunidades campesinas, el presidente les dijo que no iba a haber problema porque el gobierno se encargaría que no hubiese obstáculos a la inversión minera. Y así ha sido. Recuérdese como se trató el referéndum popular de 2007 y apréciese la actual intervención del Estado a través de la Policía en Carmen de la Frontera, con un saldo de dos dirigentes comuneros muertos, de una larga lista de mártires de las comunidades piuranas que se oponen al proyecto.

Obviamente, lo que defienden los grandes mineros no es poca cosa. En el período 2006-2008, con las cotizaciones de los productos metálicos en continua alza en el mercado internacional y ante una legislación tributaria más que complaciente del Estado peruano, la rentabilidad del sector minero ha alcanzado rangos de 70 a más de 100% sobre el capital invertido. La tasa de ganancia promedio en Estados Unidos en los rubros llamados de punta asciende a 21%. Un bono del tesoro norteamericano rinde 30 o 40 veces menos que una mina peruana. Y además el gobierno las defiende y considera una provocación la propuesta de un impuesto a las sobreganancias (sobre el 50% de rentabilidad).

Ciertamente el Perú es mucho más que minería y recursos extractivos para llevárselos al exterior. Pero lo que tenemos que cambiar no es sólo esa mirada que excluye nuestras capacidades como nación, sino también la que nos hace vernos como súbditos o a lo sumo socios menores del capital extranjero que viene a imponer sus leyes y condiciones. Y lo que es peor, que luego festejemos esta condición subordinada y le pidamos a los responsables de nuestro fracaso como nación independiente y próspera que nos expliquen cómo lo hicieron y pudieron ganar dinero.

05.12.08
www.rwiener.blogspot.com

1 comentario:

Julio dijo...

el oro tambien esta aumentando amigo, dejo esta noticia para que la revisen.. saludos!

http://noticias.terra.com/articulo/html/act226009.htm