miércoles, octubre 13, 2010

Presidente en pleno ataque de nervios

El bofetón alanista del último sábado es la prueba más clara de que bajo la aparente normalidad de estos días late un estado de tensión extrema en los altos niveles del poder y que hay unas extraordinarias ganas de castigar a esa gente que ha decidido repudiar en la urnas a las fuerzas políticas que han ejercido el poder en los últimos años.

La “insolencia” de Richard Gálvez que a boca de jarro le dijo a García lo que este diario y otras voces independientes le han dicho al gobierno varias veces, simboliza también la profunda molestia ciudadana que está saliendo hacia fuera después de la votación del 3 de octubre y del impasse posterior que la para la gran mayoría de los peruanos tiene un claro sabor a fraude.

Si interpretamos al agresor y al agredido como un fenómeno de interacción entre el poder y el pueblo, llegaremos a una conclusión ineludible: García no sabe como salir de la crisis que se ha creado por su directiva de no declarar un ganador en las elecciones, y la población está perdiendo la paciencia por el alargamiento abusivo del desenlace y la falta de agallas de los ganadores para hacerse respetar.

El descontrol de García no es una novedad como sabemos. A él le debemos 300 muertos en los penales en 1986 y más de treinta víctimas en Bagua en el 2009, una patada en el trasero del señor Lora el 2004 y una cachetada brutal sobre Gálvez el 2010. Y pueden seguir muchos otros actos típicos de una psicopatía, El problema es que este hombre que ha dicho que no permitirá que el que no quiere gane las elecciones, es el que no está permitiendo que se proclame a la ganadora de la votación en Lima.

¿Y cómo manejará las elecciones del 2010?, ¿a quién más pateará o abofeteará?, ¿o cómo actuará en medio de una crisis grave como la que está alimentando cada día al restarle credibilidad a los órganos electorales?

13.10.10
www.rwiener.blogspot.com

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