miércoles, noviembre 24, 2010

Antisistemas

Ernesto de la Jara acaba de hacernos recordar que Keiko Fujimori, “también es antisistema”, por si no nos habíamos dado cuenta. En el 2006 el único que estaba en esa categoría era Ollanta Humala porque quería cambiar la constitución y el modelo de libre mercado y completa apertura de la economía. Como de Keiko no se espera nada de eso, ya que el marco constitucional que hoy nos rige y el sistema económico provienen de su padre, cuando ella era la “primera dama”, y en el mismo 2006 el llamado fujimorismo fue parte del bloque sistémico de la segunda vuelta que salvó al país del “candidato peligro”, reinstalando a García en la presidencia, de donde derivó una cooperación implícita de cinco años, De la Jara nos advierte que la gordita no se ha arrepentido del golpe de 1992 y que ha reiterado la inocencia de su padre.

En varios países (Chile, España), los hijos de la dictadura, de los golpes y las guerras, son ya parte del sistema. Y en el Perú hace rato que estamos caminando en esa dirección. Nadie le ha pedido a varios del entorno directo de García, como su vicepresidente Giampietri, su ex ministro Rey y otros, que se arrepientan de su adhesión al golpismo, por lo menos de la misma forma que se lo exigen a Lori Berenson, o que sigan pensando que el gobierno de los 90 con el que estuvieron comprometidos fue el mejor de la historia y que si hubieron “excesos”, se debieron a las “circunstancias”. El propio García es un admirador de Fujimori, como en su primer gobierno reconoce que era de Velasco. La razón es que nunca se estableció un corte entre el viejo régimen y el actual y que la “democracia” que surgió de la transición fue un híbrido con lo que venía de atrás, pero francamente demarcada con la posibilidad de cambios profundos en la lógica económica y política del país.

Se podría decir que los pactos de la transición se hicieron para que el paso de dictadura a democracia no significara que la relación entre el país y el capital extranjero, entre la grande y las pequeñas empresas, entre el capital y el trabajo no se modificaran, y que poner sobre la mesa el asunto constitucional equivaliese a abrir la puerta al abismo, posición en las que se han movido fujimoristas y antifujimoristas, pepecistas, toledistas, y apristas, y con la que convive hasta la izquierda “moderna” y “emprendedora”. De la Jara sabe que es así. Y que la teoría de los “dos demonios”: antisistemas de izquierda y de derecha, no es sino una construcción electoral que se usa para las estrategias electorales (la usó Lourdes y la quiere emplear Toledo), pero que si hay un sistema funcionando hoy en el Perú, ese incluye de pleno derecho a los fujimoristas que hoy andan por el 20% de las encuestas.

Lo más costeante de todo esto es que ahí se aparezca un precandidato de la centroizquierda, afín a De la jara, que estuvo en un puesto de primera línea del fujimorato, porque según dice creía que las medidas económicas y antiterroristas de esa época eran las que le convenían al país (privatizaciones, desnacionalización, flexibilidad laboral; grupo colina, jueces sin rostro) y que tampoco está arrepentido del golpe de Estado como forma de resolver situaciones de grave crisis. Y el tipo dice que es del sistema.

24.11.10
www.rwiener.blogspot.com

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