miércoles, noviembre 03, 2010

La izquierda del 2016

En una entrevista con LA PRIMERA, la alcaldesa electa y lideresa de Fuerza Social, Susana Villarán, nos ofrece dos afirmaciones políticas: en la primera descarta la alianza con Ollanta Humala, para lo cual argumenta diferencias de “estilo” y de “programa”; y en la segunda recomienda a la izquierda mirar al 2016 porque los procesos de unidad deben ser lentos.

Propongo algunas reflexiones sobre ambos puntos:

Estilo: la tesis es que la que la gente ya no quiere caudillos. Pero no estoy muy seguro que la propia Susana o el cura Arana, que son los que más insisten en este asunto, no se estén convirtiendo en caudillos de su corriente política, en el sentido que no son fácilmente reemplazables y hacen girar la política en torno a ellos. ¿O qué significa eso de esperar al 2016, sino poner el cronograma en función de una alcaldesa que en la siguiente elección puede ser aspirante a la presidencia?, ¿y cómo entendemos que Tierra y Libertad se acerque a Fuerza Social y sostenga que Arana sigue siendo su candidato para el 2011 y que los demás tengamos que aceptarlo? ¿No es que todo sector político tiene el derecho de levantar una propuesta propia? Pero que para resolver hay que tomar en cuenta factores objetivos, como pueden ser el 47% de votos por el cambio en el 2006 y el 15% actual en las encuestas que tiene Ollanta, donde otros no figuran.

Programa: según Zegarra, Prialé, Guerra García y otros de Fuerza Social, hay tremendas diferencias programáticas entre ellos y el nacionalismo que hacen imposible la unidad. Ahora Susana ha aclarado esos abismos, anotando que existe diferencia de acento en la agenda ambiental y falta de un “discurso emprendedor que empate con el esfuerzo económico individual de la mayoría de la población…”. También que hay una coincidencia en lo de las empresas extractivas y el impuesto a las sobreganancias. ¿Y…? Exijo una explicación… como diría el Condorito, ya que no es fácil descubrir dónde se ha manifestado esta discrepancia: ¿será en la huelga amazónica?, ¿en la discusión de la ley de PYMES?, ¿o estamos ante un forzamiento de diferencias para mantener el discurso de la “no unidad”, con sus variantes: vamos solos, con el “centro” (Toledo), o nos reducimos al parlamento, pero no nos contaminamos, como ya lo hicimos en las municipales?

Plazos: finalmente, la alcaldesa electa llega a decir “preferimos tomar las cosas con calma. La historia no camina al ritmo de nuestras impaciencias”. Y esto debe leerse como que el 2011 no corresponden pelear por el gobierno nacional, ni en preocuparse en unidad de las izquierdas (donde ella no ubica al nacionalismo) y que si se “apresuraran” las cosas ahora, terminarían en una disputa por cuoteos. ¿Cómo entender esto? Solamente, bajo una óptica de que Susana lo sabe todo: ella conoce cuando debemos ir a las municipales y gobernar Lima, y cuando no debemos aspirar al gobierno del país, porque no es “tiempo”. Por ahora que siga conservando el poder la derecha, y en el mejor de los casos repitamos a Toledo. No es un caso de falsa modestia, por cierto, sino un concepto que subordina el reclamo de cambio de los sectores populares expresado en octubre del 2010, no sólo en Lima, sino en muchos lugares del país, y que por supuesto tiene que ver con lo que pasó el 2006 (aunque a Fuerza Social le convenga olvidarlo), a la dinámica interna de la izquierda, sus planes y la agenda de sus dirigentes políticos.

El Perú, como el resto de América Latina, quiere tumbar el programa neoliberal y distribuir poder a las mayorías, como una tarea urgente. Pero Susana quiere que la esperemos para el 2016, y construye pretextos programáticos y de estilo, para no dar el siguiente paso después de las victorias regionales y municipales, y tratar de hacernos retroceder sobre lo ganado.

3.11.10
www.rwiener.blogspot.com

4 comentarios:

Juan A. Cavero G. dijo...

Doña Villarán, para que no queden dudas acerca de su posición derechista, plantea, con su propuesta para el 2016, que el Perú tiene que soportar 5 años más de entreguismo e incluso de la delincuencia en el poder (con Fujimori), mientras la izquierda (o lo que queda de ella) se recompone. Así, hasta Barrantes parece un extremista. La mujer de la bufanda parece no haberse dado cuenta que los votos cosechados por FS en las últimas elecciones son en su mayoría prestados, y expresan una voluntad de cambio que va más allá de sus deseos tibios de convivencia con el neoliberalismo. Sólo una izquierdista arrepentida (que generalmente son peores que los derechistas rancios) puede concebir entregar a la derecha, sin luchar, los próximos 5 años de gobierno, para que esa derecha, con Castañeda, Toledo o Fujimori, continúe con su designio de perpetuar la entrega de las riquezas del país, y la destrucción del medio ambiente.

Anónimo dijo...

Si la señora Villarán es de DERECHAS, Juan A. Cavero G. entonces tú debes ser Joseph Stalin, payaso

Anónimo dijo...

Algo está fallando porque no consigo postear una nota

Anónimo dijo...

La curtida política que durante la campaña electoral para salir de un bien elaborado callejón oscuro en su contra, así como de enredos propios y limitaciones de diversa índole, no se cansó de hablar de las maravillas del "gran" presidente de Brasil, don Luiz Inácio Lula da Silva, a quien, -dijo- gustaría imitar por su obra y gobierno. Esta curtida política, para nada toma en cuenta la invitación que su ídolo brasileño le ha hecho en más de una oportunidad al líder nacionalista Ollanta Humala. Pareciera que a la hora de mirar adelante, el desenlace político no sólo a nivel nacional que es muy importante, sino también regional y latinoamericano, en la posibilidad de alcanzar la presidencia o algún cargo importante en la política nacional a corto plazo, la señora Susana Villarán pareciera, -digo- contentarse con "agradar" a la extrema derecha para que deje de chantajearla de ser la temeraria 'caperucita' en las portadas rojas de Correo, Expreso y La Razón, y también para atenuar la sutileza cobarde que repiten los escribas del Grupo El Comercio, Perú 21, El Trome, América Televisión, La República, los bloggers amigos y ONGs financiadas del exterior amigas suyas.

“Venga para el centro, haga los arreglos con Toledo y no deje de hablar pestes de Chávez si quiere que la dejemos ser miembro de club…”

Hace meses, largas malanoches y extensos días, en forma gratuita y desinteresada, cientos, miles de compatriotas hemos trabajado a favor de Susana Villarán a sabiendas de quienes la rodean y le juran lealtad. Aquel esfuerzo no ha mellado. Por el contrario.

Si Villarán piensa que el triunfo de FS es una "cosecha" genuina del trabajo realizado, se equivoca. A pesar de saber la mística que ella imprime a su labor, el triunfo no viene de ahí. Hasta antes de la salida de Alex Kouri de la contienda electoral, Villarán alcanzaba el 2 o 3 por ciento de respaldo, casi el mismo promedio (menor) que alcanzó en las elecciones presidenciales del 2006.

¿Creerán Susana Villarán y los muchachos de FS que realmente un 38 por ciento del electorado (limeño o nacional) lo tienen asegurado?.

Hasta antes que le sacaran "tarjeta roja" a Kouri, no era así.

Resulta injusto decir que el "boom" de Villarán se debió a los votos que pertenecían a Kouri y que decepcionados con la decisión del JNE de expulsarlo se "vengaron" del sistema votando por Villarán. Para nadie es un secreto que los votos pro corrupción que apoyaban a Kouri se fueron a favor de su "enemiga" Lourdes Flores, como lo hicieron en el mismo sentido toda la prensa corrupta que cambió mocos por baba.

Otra vez 'el mal menor'

Es posible que al no existir otra alternativa, (Susana o Lourdes) de nuevo los capitalinos se encontraron frente a la alternativa del "mal menor", y en este sentido los limeños que repulsan la hipocresía de Lourdes Flores no tuvieron otra chance que optar por la candidata de Fuerza Social, igual como el 2006 hicieron por Alan García verbigracia al trabajo sucio de toda la prensa nacional contra el líder nacionalista.

Si la señora Villarán quiere encontrar en el amplio espectro de la izquierda "cuadros" de la talla de los muchachos profesionales que la acompañan, va sufrir un desengaño y se va quedar esperando a las calendas griegas. La izquierda, por lo general, por venir del pueblo, no posee esa característica; es, por el contrario, una vasta masa dúctil que, como el alfarero, hay que ir moldeando, refinando, instruyendo, conduciendo, legalizando, queriendo y respetando. Pero para hacerlo hay que alcanzar la posesión que lo permita, y para ello hay que hacer la larga cola expuesta al sol y la lluvia junto a personas y analfabetos que no tienen nuestra educación, ni gustos ni costumbres de primer mundo, tampoco nuestro acento (dejo) ni comen nuestros potajes y hasta traspiran distinto.


Cartago