lunes, enero 31, 2011

Pachacútec de Cabana

No sé si se han percatado que cuando Toledo dice sí, mueve la cabeza en el sentido de no. Y cuando pronuncia no, afirma con el movimiento de arriba abajo de la cabeza. Es como cuando decía que no reconocería los resultados de la segunda vuelta del año 2000, “cualquiera que fuesen” porque había un “tinglado fraudulento”, y aseguraba a la vez que no iba a dejar de participar, con el resultado que sus partidarios se distribuyeron entre los que no fueron a votar, los que lo hicieron en blanco o viciado, y los que marcaron la chakana, con un saldo desastroso.

Durante los Cuatro Suyos llamaba enérgicamente a marchar hacia el Congreso para impedir la juramentación de Fujimori, pero se movilizó desde el Jurado de Elecciones en la esquina de Lampa y Nicolás de Piérola hacia la Plaza San Martín y la zona del Sheraton donde lo recogieron en auto. En el 2001 firmó con los arequipeños un acta de no privatización de sus empresas eléctricas y en el 2002 protagonizó el arequipazo que derrotó el intento toledista de privatización, porque al mismo tiempo había hecho un compromiso con una empresa franco-belga para traspasarle empresas de electricidad y agua (le terminaron entregando Cerro de Pasco).

También fue el candidato Toledo, el que desafío la geometría al prometer primero en Puno y luego en Cusco, que la Interoceánica pasaría por esos departamentos, con lo que al final hubo que hacer dos carreteras, que se encuentran en Madre de Dios, con el doble de endeudamiento para el país. Y sobre el famoso aumento del sueldo a los maestros, la verdad va más allá de lo que dice PPK, porque lo que se hizo efectivamente es casi duplicar el sueldo más bajo que andaba debajo de 400 soles, haciendo mejoras menores al resto, con un promedio lejano al 100%.

Se podría seguir. Por ejemplo cuando Toledo afirma ser parte de los que “lucharon por la democracia desde 1999”, como si el problema de la democracia con el fujimorismo no hubiera existido aún antes del golpe del 92, y como si en el 99 el “cholo de Harvard”, no hubiese estado en plena falsificación de firmas, con asesoría y complicidad del fujimorismo, y nadie recordase su promesa de hacer el segundo piso de la obra del presidente Fujimori en marzo del 2000. Pero si quieren saber qué clase de luchador por la democracia es éste, contrasten su discurso del 27 de julio del 2000, ante la multitud de los Cuatro Suyos, con su campaña del 2001, donde había olvidado lo que ofreció el año anterior.

Cómo nos va a sorprender, entonces, que Toledo ofrezca “despenalizar el consumo de la droga”. Y que se olvide que su gobierno ya hizo esto en el 2003, sin resolver como el consumo personal se abastece si la comercialización es totalmente ilegal. Y que luego bajo la presión de prensa “aclare” que lo que quiere es una “discusión” sobre el tema, cuando lo que se discute en el mundo es la legalización de la venta como estrategia contra las mafias (posición de Vargas Llosa). Y también sobre el aborto, que empieza en eso que la mujer debe decidir sobre su cuerpo y termina en que sólo las violadas pueden recurrir a este procedimiento. ¿Y las adolescentes?, ¿y a las que les falló el método anticonceptivo y tienen demasiados hijos?, ¿y a las que desean decidir sobre su cuerpo? Sí, pero no. Y todo lo contrario.

30.01.11
www.rwiener,blogspot.com

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