miércoles, marzo 02, 2011

La encuesta del giro

El dato escondido de la última encuesta de IPSOS Apoyo, no está en quién sube y quién baja y quiénes se han quedado estancados, sino en la evidencia de que un escenario casi congelado durante dos meses tenía que moverse y que los que estamos viendo puede ser sólo el comienzo de un nuevo terremoto electoral.

Pocas veces hemos tenido un cuadro de inmovilismo que deje tan insatisfechos a todos los actores. Toledo sin poder dispararse más arriba de 30% y con visos de empezar a desinflarse; Castañeda que perdió la punta a comienzos de año, entre el segundo y el tercer puesto; Keiko, semana tras semana en 20%; Ollanta tratando de cambiar imagen y taponeado en el 11%; Kuczynski en el dilema de ser el último de los grandes, o el más grande de los chicos.

Algo tenía que pasar. Cuando el escenario no le conviene a nadie, todos empujan para modificarlo. Aumentan las promesas, las radicalizaciones y los ataques. La primera medición del nuevo momento es el que aparece en la última encuesta: (a) Toledo con 28%, ha confirmando que se le acabó el impulso inicial y que el discurso con el que regresó al país se ha agotado y ya no le atrae más adhesiones. Su riesgo actual es que se repita lo que pasó el 2001, cuando con todo el viento a su favor, se desinfló antes de la primera vuelta y casi pierde en la segunda con Alan García, que era el candidato por el que nadie decía que iba a votar.

(b) Castañeda, con 17%, se mantiene consistentemente a la baja, lo que a estas alturas ya es una señal de alarma. Los antecedentes indican que los punteros iniciales que se hunden en forma sostenida ya no levantan cabeza porque a la desilusión de sus seguidores originales se suma la pérdida de atracción de adherentes nuevos. La explicación del reciente ataque de nervios del candidato y sus colaboradores más cercanos tiene que ver con esa sensación de derrota adelantada que se está apoderando de sus filas.

(c) Keiko Fujimori, casi no se mueve, pero ahora está más visible en el segundo lugar. La impresión general es, sin embargo, que no gana votos nuevos y que el crecimiento de Humala podría significarle un problema en un cierto tiempo. El fujimorismo ha evitado conscientemente colocarse en el centro de la disputa para que los demás se desgasten entre ellos. Por eso no hay mensaje naranja en las elecciones. Esta estrategia parece ya haber cumplido su ciclo.

(d) Ollanta, con 14% ha hecho pararse los pelos de punta a algunos de los columnistas más crespitos de la derecha. Y es que como explicó Tafur hace algunos días, su relegamiento era como una ilusión óptica que eliminaba los temores de hace cinco años pero el producto de una estrategia deliberada, que como se sabe tiene sus límites.

Que ahora el único que crezca es el que parecía descartado es como un batacazo en varias cabezas. Dos o tres puntos después de un largo estancamiento pueden verse como un alivio, o como el inicio de una lucha contra el tiempo. Porque Ollanta Humala tiene ahora una oportunidad de sobrepasar a Castañeda y alcanzar a Keiko, lo que va a animar todo el proceso. Lo que estamos viendo es pues el comienzo del último tramo de una elección que aparecía enredada porque nadie quería dar el paso para alterar el equilibrio. Pero ahora es todo o nada. Nuevas estrategias o derrota asegurada.

02.03.11
www.rwiener.blogspot.com

1 comentario:

Prensa Bruta dijo...

La foto de estas últimas encuestas nos demuestra lo que siempre pensamos: Humala tiene una reserva de votos escondida. Ellos son los electores anti liberales pero no declaradamente de izquierda y que nunca votarán por un "rico" o su representante. Lamentablemente los medios de comunicación saben cómo ahuyentarlos, cómo asustarlos. Por eso la táctica de Humala de salir como un candidato mesurado le está trayendo dividendos. Ahora tiene que evitar que la prensa vuelva a convertirlo a la mala en violentista o "terrorista". Porque eso sucederá a partir estos resultados.