domingo, marzo 20, 2011

Te pareces tanto a Bush…

En la campaña electoral para la presidencia de los Estados Unidos en el 2008, el candidato Barack Obama, se comprometió ante sus electores a retirar las tropas de Irak, la que consideró la “guerra equivocada”, pero aseguró que reforzaría el presupuesto, armamento y soldados para ganar la guerra en Afganistán, que sin decirlo se convertía así en la guerra correcta, que el imperio debía llevar hasta el final para “derrotar el terrorismo”.

Obviamente no se trataba de un giro pacifista en los Estados Unidos, sino en la transformación de una derrota militar en una victoria política interna, pero asegurando que el orgullo de la potencia más armada del mundo quedara en pie. Para eso había que preparase para ganarle al más débil de los dos adversarios que Bush escogió para lavar el orgullo herido el 11 de septiembre de 2001. Pero van dos años y los talibanes afganos y otros luchadores islámicos están haciendo cada vez más insostenible la presencia de los extranjeros que han intentado tomar el control de su país desde hace casi diez años. La posibilidad de una victoria que compense el fracaso de Irak se aleja cada día.

Obama no hubiera sido electo si ofrecía un retiro general de Estados Unidos del medio oriente, un cambio de políticas hacia Irán, Siria y Corea del Norte, o si hubiese redefinido sus relaciones con Israel y Palestina para forzar un acuerdo de paz sobre bases justas. Por lo menos eso era lo que creía el senador por Illinois, y lo que lo llevó a encargar la secretaria de Estado a Hillary Clinton, la versión blanca de Consolezza Rice, y la heredera de las políticas intervencionistas de su marido.

Los partidos gobernantes de Estados Unidos ofrecen guerra, aún cuando se estén retirando de alguna guerra en las que les haya ido mal. Después del fin de la II Guerra Mundial, inventaron la “guerra fría”, el “equilibrio atómico” y la guerra de Corea. Y después de Vietnam donde salieron corriendo, se fueron a guerrear a Nicaragua. Ahora parece que se van a meter en Libia. Y hay los que explican que ya era tiempo que los occidentales, con el disfraz de la ONU, vayan a poner orden en casa de este tirano con petróleo tan parecido a Hussein, en una sociedad en la que todo el mundo tiene armas y disputa el poder de manera sangrienta.

Lo que lleva a que el derrotado de Irak y próximo fracasado de Afganistán, se abra otro frente, mientras sigue alardeando de guerra ante otras naciones, no es algo que corresponda a las lógicas usuales en el resto del mundo. Es la idea de la superioridad que está presente también en muchas mentes colonizadas. Si el sistema de vida estadounidense-europeo, es el destino de los seres humanos sobre la tierra, cuando despejen sus creencias medievales, entonces una buena guerra invasora puede traer la democracia el libre mercado, así como excelentes negocios para las transnacionales que llegan primero.

Si el ejército de Estados Unidos no es para cuidar sus fronteras sino para dirigir el mundo, ¿Por qué nos vamos a desanimar si algunos países se resisten a ser civilizados y limpiados de dictadores, que hasta poco antes eran aliados de Washington? Obama sabe que no puede ir contra esta ideología. Por eso su gobierno es tan parecido al de Bush en política internacional, a pesar que el moreno parecía mucho más inteligente y sensible que el gringo texano. Es que ese no era el problema.

20.03.11
www.rwiener.blogspot.com

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