domingo, mayo 29, 2011

Guerra sucia derechista con argumentos del 2006

“Correo” y “Perú 21” deberían coordinar mejor sus titulares. Los dos principales diarios del apocalipsis titulan el último miércoles refiriéndose al candidato Ollanta Humala:

Sendero merecía trato decoroso” (Correo)

Lo vi matar” (Perú 21)

Es decir, el mismo tipo que cree que a los senderistas debe tratárseles como seres humanos y de acuerdo al derecho internacional humanitario, lo que por supuesto es un escándalo chavista, es también el que amenazaba niños y madres para que dijesen donde estaban los subversivos.

¿Con cuál Ollanta deberíamos quedarnos?, podría preguntar Rosa María Palacios. Pero mejor aún sería saber: ¿con qué política antisubversiva nos quedamos?, ¿con la de las matanzas indiscriminadas, que realmente existió, y que Ollanta condena en el libro que Rafael Rey agitaba el mismo día que dijo que no le constaba que Montesinos fuera un asesino?, ¿o con la de respeto al enemigo como ser humano, que es lo escandaliza a Aldo M. que piensa que no cabía ningún decoro?

Si fuera cierto lo de Madre Mía, que los fiscales y jueces de mayor prestigio del país desestimaron por falta de pruebas, y que Ollanta ha negado permanentemente luego de someterse a un largo proceso, que como explica Ponce Feijoó de BTR, lo alimentaba García para tener jodido al comandante, si pudiera haber sido cierto, digo, Aldo M., “La Razón” y “Expreso” deberían aplaudir al capitán Carlos, porque sería un pequeño embrión de los Giampietri, Noel, Pérez Documet, Martin Rivas y otros que tanto les gusta.

Pero Du Bois quiere colgarlo por un caso ya archivado y Martha Meier cree que se puede hacer ganar al fujimorismo recordando que Ollanta mató subversivos en combate, pero ¿a qué le llamará combate? Y lo que obviamente no sorprende para nada son las aperturas y reaperturas del caso Madre Mía en períodos electorales, lo que sin dudad es una simple coincidencia.

Ahora se han buscado un testigo que tiene una confusión mortal en las fechas y los lugares y que está seguro (porque su hermana se lo dijo), que su cuñado retiró las acusaciones contra Humala porque recibió dinero, y que a él también le ofrecieron, pero no le dieron. Y ese es todo el motivo por el que se ha abierto un nuevo juicio para dilucidar si hubo sobornos, que con seguridad morirá después de las elecciones.

Pero el tema es de hierro: ¿cuántos militares que participaron en la guerra tenían claro el concepto de que había que atenerse a las leyes internacionales y al respeto a los derechos humanos? Hay una consistencia lógica, ciertamente, entre un Ollanta que piensa así, en base a una formación ideológica que le viene de familia (que para algunos es un peligro) y que lo previene para actuar como un gorila, con la huella que ha dejado en la zona donde sus votaciones del 2006 y 2011 se acercan al 60%, su actuación al final del gobierno de Fujimori, sus posiciones políticas durante los últimos diez años y lo que expresa en el libro que le cuestiona Rafael Rey y que “Correo” usa como denuncia.

Locumba

Con el levantamiento de Locumba y el Andahuaylazo pasa casi lo mismo que con Madre Mía y las opiniones de Ollanta Humala sobre la guerra contra Sendero Luminoso. Recordando unas declaraciones que Montesinos hiciera el año 2006 y que nadie sabe como salieron de la Base Naval y llegaron a Chichi Valenzuela, se ha hecho en estos días un nuevo intento de barullo con la inocentada de que la rebelión del 29 de agosto del 2000 en el cuartel de Locumba contra el gobierno de Alberto Fujimori, fue una farsa y una maniobra de distracción para que Vladimiro Montesinos realizara su última fuga en el yate Karisma que se produjo ese mismo día, y que lo llevóa Centroamérica y de ahí a Venezuela.

Así el insurrecto resulta un jugador, que nunca se lió a tiros con nadie y que quería servir a la cúpula corrupta y al régimen del que formaba parte su actual competidora electoral. Eso es lo que ha dicho en estos días el diario “Correo”, redescubriendo un material de hace cinco años, que otros medios de televisión y radio han reproducido como si pudieran hacerse los sorprendidos por la misma cosa.

Pero esa imagen de soldadito de papel, se contradice bruscamente con la del anarquista que impulsa a su hermano a tomar la comisaría de Andahuaylas y matar policías como repite el bufón maléfico (Jaime Bayly), todos los domingos. En un lado es un farsante montesinista, en otro un subversivo despiadado. Pero otra vez, todo está distorsionado al servicio de intereses electorales.

Para escapar Montesinos no tenía necesidad de ningún acto distractivo en las alturas de Tacna. ¿O es que los barcos patrulleros y la capitanía del Callao voltearon la mirada hacia el sur y se les escapó el ex asesor? ¿Nos creen idiotas? Más aún, Montesinos había salido en avión de Dionisio Romero a fines de septiembre a Panamá y regresado en otros vuelo privado, aterrizando en Pisco, sin ser detenido. Luego se fue sin ningún problema, mientras Fujimori protagonizaba la farsa de la persecución en sus diversas casas de Lima.

La esencia de la rebelión de Locumba fue romper la unanimidad militar que se impuso después que se frustró el intento de golpe democrático de Salinas Sedó. A fines de octubre del 2000, la mesa de la OEA estaba entrampada, los fujimoristas que eran 50% de los participantes exigían impunidad y garantías para los corruptos y violadores de derechos humanos, entre ellos la cúpula militar, en el Congreso había fracasado el intento de censura contra la presidencia de Martha Hildebrandt y en la sociedad había la sensación que otra vez le estaban robando su victoria.

El levantamiento de Humala y su hermano evidenció el descontento d e los mandos medios del ejército y quitó al dictador el último de sus pilares de apoyo. No fue un putsch o una asonada sangrienta sino una resistencia a una autoridad corrompida. Y en el momento que ocurrió nadie negó su valor políticos y moral. Sólo más adelante cuando Ollanta reclamó un protagonismo político, empezaron a cambiar las versiones y el comandante de Locumba pasó de héroe a villano.

Otra cosa, por supuesto, es la broma de Montesinos de intervenir en la campaña y convertir a los enemigos de Humala en avalistas de la seriedad de sus versiones. No hace mucho, el Doc., hizo callar a la Fujimori, advirtiéndole que si seguía metiéndose con é, revelaría toda la verdad del ex presidente y su joven primera dama. Todos escucharon la amenaza. Y si valiera lo del 2006, por qué no debiera validarse lo del 2010. En todo caso hay los que aún hoy callan ante una balandronada del ex asesor, y los que no se sienten amenazados con sus palabras.

Andahuaylazo

En el año nuevo del 2004 al 2005, Antauro Humala y un grupo de reservistas sin armas tomó la comisaría de la ciudad sin que se disparara un solo tiro, debido a que la guarnición se encontraba celebrando y en estado de ebriedad. Este acto quería forzar una salida a la crisis política que se había desarrollado a lo largo de ese año que incluía la denuncia de una presunta coima al presidente por la venta irregular de la cervecería Backus (denuncia de El Comercio y Caretas), el escándalo de las firmas falsificadas de Perú Posible para su inscripción con apoyo de los fujimoristas, los audios de Almeyda, etc.

Que Ollanta tuvo un error de perspectiva sobre las posibilidades de este movimiento y su lealtad hacia el hermano que lo había acompañado en la revuelta del 2000, es algo que parece evidente. Por eso es que hay dos momentos: uno de apoyo y otro de buscar una rendición honrosa que se suceden muy rápidamente. Pero ni Ollanta ni Antauro buscaron la muerte de nadie, aunque al crearse una situación de delicado equilibrio entre la policía que cercaba el local y los rebeldes, era factible degenera hacia la violencia.

El gobierno de Toledo creyó, sin duda, poder recuperar la comisaria a la manera que lo hizo Fujimori con los rehenes en 1997, pero en ese intento una respuesta armada de la vigilancia que dejó el saldo de cuatro muertos. A su vez francotiradores militares acribillaron a dos de los reservistas. El movimiento había fracasado. Y sus autores pagaron caro sus errores, como que llevan más de seis años en la cárcel.

Lo que es grotesco es que este caso y la memoria de los muertos, sean traficadas desde Miami por un sujeto que no ha sentido ningún afecto o preocupación de centenas y miles de víctimas de atrocidades ocurridas en el Perú en los años 90 y 2000. A él le interesa detener a Ollanta Humala con el caso Andahuaylas, para imponernos a la hija de Fujimori en el poder, con todo el paquete de La cantuta, Barrios Altos y muchísimos otros crímenes que no le importan.

Lo que está claro es que la guerra sucia no se detiene ante la mentira. Aunque sus balas sean viejas y ya utilizadas, igual disparan contra el comandante porque no quieren ceder posiciones de poder y privilegio engendradas bajo el fujimorismo.

27.04.11
www.rwiener.blogspot.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bayly con sus dizque "argumentos" me recuerda al plan de gobierno de Fujimori allá por los 90. Un plan que no era tal porque decía incoherencias sin fundamento como aquello de que daría 5,000 dólares a cada universitario. Lo mismo repite la hija con un plan que no dice nada en concreto.

Para todo ser pensante Bayly no tiene crédito en sus afirmaciones de desprestigio contra Humala, lamentablemente parte del electorado acostumbrado a no analizar, se deja llevar por el estilo chabacán y facilón de Bayly y una minoría pro fujimori cree ver en Keiko protegidos sus intereses y privilegios. Bayly por lo comodín de su postura me recuerda mucho a Ivcher.