jueves, marzo 08, 2012

La hermana mayor se molesta

De buena fuente me entero que el señor Speziani, de la CONFIEP y la Sociedad Nacional de Pesquería, desde su lecho de enfermo en los Estados Unidos, fue el que dictó la orden para que Pesquera Exalmar fuera expulsada públicamente y acusada de estar negociando con las empresas que operan con licencias de pesca, obtenidas mediante medidas cautelares, a los que les estarían comprando su pesca y tentando a vender sus permisos para incrementar su cuota de extracción.

Speziani representa los intereses del grupo Brescia (Tasa S.A.) en la SNP, la empresa más grande del sector a gran distancia de los otros asociados. Exalmar, por su parte, es la de más rápido crecimiento en los últimos años. Sin duda hay una base objetiva para la contradicción. Pero el argumento que se usa para una sanción drástica, inusual en las organizaciones empresariales, es bastante menos convincente de lo que parece.

Por lo que se sabe, todas las hermanas de la Sociedad de Pesquería han andado comprando licencias ajenas dentro del proceso natural que generó la llamada ley de cuotas que apuntaba claramente a la concentración de propiedad, y cuando lo hacen poco interesa el origen de tales documentos, es decir si pertenecen a las pequeñas y medianas que van saliendo del mercado, o a los que se fueron a la justicia a reclamar derechos reales o irregulares.

El tema es que ya estamos en una guerra de las grandes luego de haber barrido a sus competidoras que actuaban por fuera de la SNP. Eso que le llaman “ordenamiento pesquero” y de lo que se jactan Rafael Rey, Mercedes Araoz, José Villasante y otros, y que consistió en consolidar el poder oligárquico en el sector, está trayendo nuevos elementos de desorden que vuelven sobre un viejo asunto: las pugnas en la pesquería se originan en la inmensa cantidad de dinero que está en juego por los altos precios internacionales de la harina.

Lo que no deja de ser irónico es la dureza con una empresa que usa las no siempre claras artes del negocio para expandirse, y la línea de conducta que hasta hoy ha mantenido la SNP respecto a sus integrantes. Puede recordarse que Hayduck ha pasado por un largo proceso por narcotráfico y sus dueños escaparon a una condena gracias a diversas maniobras legales desde tiempos de Fujimori hasta los de García. Pero nadie se sintió incómodo con su pertenencia a la cofradía.

Varias empresas, entre ellas la propia Exalmar, Austral, COPEINCA, han sido denunciadas por alterar las balanzas para declarar una pesca menor de la que realmente descargan en sus almacenes. Una bolsa grande de casos señalan a las certificadoras: SGS y CERPER, en colusión con las empresas, para ocultar una cadena de responsabilidades: pesca de especies para consumo humano, anchovetas juveniles, invasión de la zona de las cinco millas exclusiva para artesanales, etc.

La propia TASA acaba de ser puesta al desnudo en la compra fraudulenta de la licencia de los hermanos Saavedra luego de una operación mafiosa en la que intervino el conocido traficante de permisos Oscar Peña. Ahora, el PRODUCE ha restituido el derecho a los dueños originales, pero no puede extender el documento para que vuelvan a pescar porque lo tiene la empresa de los Brescia. Es decir si hubiera que expulsar a los que cometen graves faltas en la SNP, capaz se quedan sin socios.

07.03.12
www.rwiener.blogspot.com

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