domingo, marzo 18, 2012

La Misión

El MEF y el poder tecnoburocrático


El todopoderoso Ministerio de Economía y Finanzas: MEF, tal y como lo conocemos actualmente es una invención neoliberal de los últimos años. Su padre fundador fue Carlos Boloña Behr, dos veces ministro de Alberto Fujimori en el decisivo despacho entre los años 1991-1993, y el año 2000. Es verdad que hay un antecedente claro que marca la tendencia por lo menos desde finales de la década del 70 (Silva Ruete) y la primera mitad de los 80 (Ulloa, Rodríguez Pastor).

De lo que fue el equipo económico del segundo gobierno de Belaúnde hay una parte importante del personal que ha manejado el MEF y la política económica en los 90 y 2000, por ejemplo: PPK, Ismael Benavides, Dañino, Abusada, Málaga y el propio Boloña. Pero hasta julio de 1990, cuando Hurtado Miller llega al MEF para ejecutar el programa de shock más despiadado de la historia peruana (podría marcar un récord mundial sino fuera por lo que está ocurriendo en Grecia), el ministerio manejaba la caja presupuestal y promovía políticas económicas sectoriales.

Entre 1976 y 1981, además, el MEF fue el ejecutor de los llamados paquetes de ajuste que buscaban corregir las distorsiones de precios generadas por los controles y las políticas redistributivas. Para refinanciar el Estado, capitalizar a las empresas y ajustar a la mayoría consumidora, se usaron los planes de shock, que son como la ruleta rusa: hay sólo una bala para matar a la inflación que además mata a millones de asalariados y pobres en general, pero todos los disparos previos van destruyendo el organismo social hasta forzarlo a aceptar el sobreajuste.

En el Perú hubo 50 de estos tiros a la cabeza y al estómago de los peruanos, dos de ellos en el primer año de Fujimori, y ahí se fundó a sangre y fuego la estabilidad de la que ahora nadie quiere salirse por el recuerdo traumático de lo que fueron esos años. Boloña que estaba propuesto para ministro de Economía en la terna inicial que Pérez de Cuéllar alcanzó a Fujimori, luego de sus primeros acuerdos con el FMI y el Banco Mundial, no aceptó tomar el mando para la etapa del fujishock. Se reservó para la reforma que tenía una enorme dimensión externa cambiando radicalmente las reglas del funcionamiento de la economía: privatización (eliminación del Estado como agente productivo, financiero y de servicios), liberalización (apertura de mercados, rebaja de aranceles, y poder de decisión sobre las principales variables económicas transferidas al sector privado), flexibilización laboral, reformulación del sistema de contratos, etc., pero al mismo tiempo empezó la creación de un gigantesco monstruo tecno-burocrático destinado a asegurar que todo esto funcione con prescindencia total de las opiniones del resto.

Boloña creo una misión para el MEF que consistía en encuadrar al país en la lógica del modelo que había introducido y que empieza a gestarse en la avalancha de decretos legislativos dictados a finales de 1991, pero que toma forma definitiva con los decretos leyes económicos posteriores al golpe, entre los que están las normas que afectan la libertad sindical y el derecho de huelga, las que permitieron el despido masivo de servidores públicos, la que colocó topes a las pensiones, la que facilitó la apropiación del agua agrícola, etc., y en la Constitución neoliberal de 1993. Desde alguna perspectiva lo que Boloña hizo es una revolución o contrarrevolución jurídica-económica, y aunque no lo hubiese dicho es el fundador de la frase favorita del actual ministro Miguel Castilla: “no hay base legal para los cambios”. Es decir, se cambió todo para impedir que pudiera haber virajes en otro sentido cuando el ánimo político y social del país se fatigara del neoliberalismo.

La maquinaria

Pero el viejo MEF, con sus burócratas ancestrales acostumbrados a las sumas y restas con maquinita, mal pagados y adiestrados por diversos gobiernos (lo que aseguraba una profunda confusión política), con entidades descentralizadas que no servían para recaudar eficientemente los impuestos o dirigir bancos y empresas del Estado, era un armatoste inservible para lo que se estaba cocinando. Por eso la reforma Boloña, seguida por el casi anodino (pero muy aprovechado) ministro constructor JJ Camet, y sus sucesores, implicaba también una reestructuración del organismo que antes ocupaba una imponente cuadra de la avenida Abancay y que como signo de los tiempos se trasladó a un discreto edificio en el jirón Junín, más cerca de Palacio y con mucho más poder que el que tenía en el edificio grande.

Los cambios del MEF comprendieron diversos planos: (a) una nueva tecnocracia con cuadros del neoliberalismo incipiente de los 80 y jóvenes adquisiciones de universidades extranjeras, todos ellos premunidos de la misión de imponer la lógica de la reforma neoliberal, y todos ellos con salarios no comparables a los del resto de la administración pública, incluidos los funcionarios antiguos del MEF, pagados en planillas secretas con sistemas de triangulación pactados con las agencias de las Naciones Unidas; (b) equipos de asesores sin responsabilidad administrativa desarrollando nexos entre la administración, los directorios de empresas públicas y comités de privatización, y la empresa privada; (c) instituciones formalmente de regulación de los sectores privatizados, que asumen a su vez la misión de no desalentar la tendencia de ingreso de inversiones privadas, principalmente extranjeras, lo que hace que realmente no regulen y no castiguen las faltas de los operadores y más bien sean canales de legitimación del nuevo esquema privatista; (d) entidades descentralizadas, constituidas en los brazos del MEF y orientadas a asegurar que el proyecto neoliberal se cumpla a pesar de los cambios en la administración; (e) tratados internacionales para hacer aún más inamovible el sistema establecido.

Entre los órganos nuevos del MEF que se inaugura con Boloña se pueden mencionar a los siguientes:

Reguladoras:

1. Osiptel: reguladora de las telecomunicaciones, en un inicio era la contraparte de Telefónica que logró una amplia hegemonía en el sector, hasta que creció la importancia de la telefonía móvil y el Perú quedó repartido entre tres empresas operadoras de celulares: Movistar, Claro y Nextel.
2. Ositran: supervisora de transportes y comunicaciones, que tiene a su cargo resolver las cuestiones que se plantean en el proceso de concesión de puertos, aeropuertos, carreteras, administradas por privados o en asociación público-privada.
3. Osinergmin: regulador de energía y minas, que tiene que ver con el precio de la electricidad hidrocarburos, así como de los contratos de la minería.
4. Sunass: supervisora de empresas de agua potable, entre ellas SEDAPAL, todavía en su mayoría en manos de gestores públicos.

Órganos rectores descentralizados:

1. SUNAT: que fusiona la recaudación de impuestos a las empresas y personas individuales, con la cobranza de derechos de aduana (exportación-importación) Es un órgano completamente modificado mediante Decreto Legislativo 500 y 501, y normas modificatorias, con personal especializado, que ha mejorado la capacidad técnica de cobranza pero no ha eliminado la injerencia política y la presión del poder a través de demandas de pago y moras contra personas vistas mal por el poder, mientras se tolera incumplimientos de otros.
2. OSCE: organismo supervisor de contrataciones del Estado (ex CONSUCODE), que controla el cumplimiento de las normas sobre contrataciones del Estado, que incluyen la compra de bienes y servicios (entre estos los servicios profesionales y consultorías) y los contratos de obras públicas. Define los proveedores del Estado y los montos sobre los cuales pueden contratar, revisa las bases de los concursos públicos y resuelve las controversias.
3. SNIP: Sistema de Inversión Pública, creado para reemplazar la antigua valoración técnico-política que hacía el Instituto de Planificación
4. FONAFE: centraliza lo que queda empresas públicas, decide como si fueran loa accionistas de una privada, le fijan el directorio y le definen una política dentro de una orientación pro-privatización.
5. PROINVERSIÓN: anteriormente COPRI, es el órgano del traspaso continuo y sostenido de pedazos del Estado al sector privado, entendido como un estímulo a la inversión y una fuente de recursos para el fisco. Antes el aspecto de ingresos era importante por la crisis fiscal, pero ahora ya casi no interesa y la mayor parte de contratos resultan onerosos y están concebidos solamente para el inversionista del que se espera que retribuya pagando sus impuestos.
6. Superintendencia de Banca y Seguros: es el órgano de supervisión de la banca y seguros, cuya doctrina moderna es cooperar con estas entidades para “lograr soluciones conjuntas”, lo que expresa en un copamiento de sus rangos por gente de la banca. Como lo sabe cualquier cliente bancario, la SBS nunca saca la cara por ellos, ni sanciona los abusos de los bancos. Comparte el secreto bancario y lo reserva frente a la sociedad y las instancias del Estado que lo requieren, y no acata los mandatos judiciales para entregar información. Es una entidad que confirma el superpoder de los órganos del MEF.

En esta red de organismos, sumados a la tecnocracia de élite del ministerio están implicados alrededor de mil personas. Son los personajes duros del poder, cuya estrategia viene de atrás y que no han salido de sus puestos con los diversos cambios de gobierno. Más aún, cuando entran en inestabilidad se arma la que vimos antes de la instalación del gobierno Humala en la que se reclamaba no tocas al MEF y al BCR, a lo que el presidente electo finalmente capituló.

Los hombres y mujeres que han encabezado el MEF como ministros, viceministros y asesores principales son emblemáticos: Boloña, Camet, Silva Ruete, PPK, Quijandría, Zavala, Carranza, Valdivieso, Araoz, Benavides, Castilla, entre los más notables. La mayoría de ellos, sin embargo, está actualmente fuera del espacio público, aunque sus fantasmas siguen en el jirón Junín. Ahí está su escuela y su sitio si quisieran volver. Y esto ocurre independientemente de quién sea el presidente. Es la magia del neoliberalismo, se reproduce solo a través de personas, instituciones y norma, que nadie parece dispuesto a alterar.

18.03.12
http://www.rwiener.blogspot.com/

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