miércoles, abril 24, 2013

El que la debe sí la teme


Como dice una reputada especialista en temas de conducta, una de las características del expresidente  Alan  García es que confunde inteligencia con astucia. De ahí que haya decidido pasar bruscamente de la táctica de aceptar que se le investigue y de asistir muy orondo a las citaciones de la megacomisión, a una obviamente desesperada maniobra de buscar ampararse en otras entidades del Estado para que le ayuden en el propósito de paralizar las investigaciones.

El recurso a la Defensoría del Pueblo indica que García es muy consciente de haber quemado a sus aliados en el Ministerio Público que hoy están en boca de todo el mundo por el repetido archivamiento de denuncias contra miembros del anterior gobierno. Por eso busca comprometer a una institución con imagen de mayor autonomía. Pero aprovecha el documento para invocar al Poder Judicial (caso Diez Canseco), al Tribunal Constitucional y a la Corte Interamericana, anunciando los distintos frentes que está dispuesto a abrir para que no le sigan escarbando sobre los discutibles milagros de los años 2006-2011 cuando se liberaron más de 5 mil presos, la mayoría de ellos por delito de narcotráfico; se dictaron decretos de supuesta urgencia con el único propósito de gastar dinero y se favoreció regularmente a un mismo grupo de empresas constructoras; se sobrevaloró obras; se mantuvo extrañas relaciones con chuponeadores telefónicos y se manipularon las pruebas del caso petroaudios; se mintió al país sobre los programas de agua; etc.

García dice ahora que se violan derechos al preguntársele sobre esas cosas. Y exige que sólo se haga cuando haya una acusación concreta. Existen, sin embargo, indicios de delitos y elementos que señalan que el presidente tendría que estar enterado de lo que ocurría en estos casos especialmente en el de los narcoindultos y narcoconmutaciones que se ejecutaban con su firma. García sin embargo cree que una Comisión Parlamentaria es un tribunal donde los delitos deben ser tipificados. Lo interesante era que él había aceptado ser investigado. Y otra vez había dicho en tono jactancioso que quién no la debe, no la teme. Y ahora de muere de miedo.

El documento publicado por LA PRIMERA, muestra hasta dónde ha caído el García posterior a las revelaciones sobre cómo se abusó del derecho de gracia. En vez de explicar porqué hizo la barbaridad que hizo, pide que le especifiquen los casos para preguntarle sobre el asunto. Astucia sin inteligencia: porque hay un delito ya en el número de indultados y conmutados, y en el otorgamiento de perdones a personas acusadas de delitos como el narcotráfico y las violaciones, que no podían ser beneficiadas. Y hay decenas de casos flagrantes que están en los medios todos los días y que deben estar despertando al ego colosal cuando intenta dormir por las noches.

24.04.13

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