martes, junio 11, 2013

Fujimori se quedó sin viaje a Japón

Mi hipótesis es que se iría lo más pronto que pudiera hacia el Japón para protegerse de nuevos juicios y denuncias… Es decir Fujimori no es un enfermo prisionero que se va a morir a su hogar, como no pudieron hacerlo otros; ni un político cazurro que se finge más enfermo de lo que está para regresar al espacio de la pelea con sus adversarios.
En mi concepto es otra cosa. Un tipo que tiene mucho dinero, cualquiera puede deducir de dónde viene, y que siente que se le acaba el tiempo para disfrutarlo y que tiene una red de defensa en el país de sus ancestros”.
El moribundo que clama desde la prisión
Raúl Wiener
03-06-13

Los lectores más memoriosos recordarán lo que el gobierno de Fujimori decía en el año 1997 del comando del MRTA que tenía retenido a un grupo de rehenes en la casa del embajador japonés presionando por la libertad de los dirigentes de su organización, y que era que todo eso se hacía para que Polay u otros pudieran mover las cuentas que se supone tenían en el exterior como producto de los secuestros. Algo así como que si permanecían presos toda la vida nadie iba a poder tener acceso a ese dinero.

La revelación por cuenta de uno de los miembros de la Comisión de Gracias Presidenciales de que el Plan de Fujimori en caso le hubieran otorgado el indulto era la de viajar a Europa y Japón para arreglar asuntos pendientes que finalmente no especificó, hace evocar ese criterio de sentido práctico que el propio fujimorismo endilgó a los emerretistas para evaporar cualquier elemento romántico en la última de sus acciones armadas.

¿Para qué tendría que desplazarse, el exdictador hacia el exterior, teniendo presente además que de alguna manera estaba afectado en su salud? ¿No será que si se cumple lo que con dramatismo repite el abogado Nakasaki, de que a Fuji no le alcanzaría la vida para su condena, se quedarían fondos en el exterior que no podrían movilizarse o transferirse a cuentas con otros nombres? ¿A eso se han prestado los hijitos y el entorno cercano, mientras que al gran público y a las bases fujimoristas las conmovían con las escenas del drama médico del prisionero que circula por distintas clínicas y que está a punto del suicidio si no lo dejan salir?

Tiene razón Lévano cuando dice que lo que menos conjuga con el concepto de fujimorismo es el de humanitarismo. Pero por allí se fueron los que siempre quisieron encarnar la rudeza del poder y que pretendieron que las víctimas eran un costo inevitable de la pacificación aunque hubieran sido asesinadas por el Grupo Colina, y hasta hoy no hacen un solo gesto de arrepentimiento hacia ellas. Y todavía querían tomarnos por tontos con el indulto.       

11.06.13

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