viernes, enero 31, 2014

Componiendo la patinada de La Haya

Escuché a Alan García en la mañana de ayer en la radio de sus amigos y no pude menos que evocar su presentación de marzo del año pasado ante la megacomisión y sus intentos de los meses siguientes para negar lo que dijo de manera libre y espontánea ante sus investigadores y que le resultaba desfavorable para su propia defensa.

Ahora se trataba de componer lo que él mismo había empujado en las últimas semanas cuando estaba poseído por la seguridad de un fallo de La Haya 100% favorable al Perú, lo que lo condujo a tratar de apoderase por adelantado de la victoria con iniciativas como las del embanderamiento,  el poema patriótico publicado por El Comercio y su colocación como “tercer presidente” el día de la lectura, con la ayuda de la televisión, y el primero en hacer las declaraciones.

Una vez más, el olfato le falló redondamente. Y no se preparó para un resultado menos estruendoso que el que había anticipado. Así que puesto en la situación de ser el primero en hablar desbarró en comentarios imprecisos e inútiles como: “no hemos obtenido todo lo que esperábamos”, “de todas maneras hemos ganado algo, unas decenas de miles de kilómetros cuadrados”, que reflejaban inseguridad para pronunciarse.  

Unas horas después, el presidente Humala y su gobierno fijarían la posición oficial: hubo triunfo, obtuvimos 50 mil kilómetros de mar y el 70% del área solicitada, obviando los temas de la línea de frontera (si existía alguna forma de frontera entre los dos países), del hito de referencia (el número uno en vez del punto Concordia), el de la bisectriz desde la costa (empieza en las 80 millas) y el del reconocimiento explícito del triángulo externo como mar peruano.

Todo esto quedó en el terreno de lo que ya no debe discutirse porque el fallo ya está hecho y no hay cómo modificarlo y porque nunca los países logran el 100% de su demanda. Todo esto nos puede parecer un puro discurso político, pero ha sido eficaz porque alineó a la prensa y a la clase política. García tuvo que callar por las siguientes 48 horas, para disipar lo que había dicho apenas conocido el fallo y lo que había hecho en los día anteriores.

Ayer no podía evitar  sin embargo la contradicción. Como decir por ejemplo que estaba preocupado pensando que los jueces podían darnos un mal resultado, cuando había estado invitando a festejar la victoria sin conocer el resultado. O que no tenía ningún compromiso para no hablar, cuando todos habían subrayado que el primero que lo haría sería el presidente (ni los agentes peruanos en La Haya adelantaron opinión). En realidad el grandote sabe que otra vez metió la pata, de allí que haya empezado a reacomodarse lentamente. El problema es que ya perdió el paso y se le pasó la oportunidad de La Haya. Para otra vez será. 

31.01.14

jueves, enero 30, 2014

La pesca después de La Haya

Los empresarios de la pesca industrial a gran escala, representados por la exministra del gobierno aprista, Elena Conterno, presidenta de la Sociedad Nacional de Pesquería SNP (que como se ve, no es de la pesquería sino del sector anchovetero-harinero), han dejado indicado que a ellos no les llega el fallo de La Haya porque la zona marítima que será entregada al Perú no involucra a las especies en las que se basa su negocio.

Un acto de sinceridad que curiosamente coincide con el malestar de los pescadores artesanales de Tacna y Moquegua, que pescan para la alimentación y que tampoco consideran que hayan ganado algo con el nuevo estatus jurídico marítimo en el sur del país, aunque en su caso la situación siempre fue difícil y ahora se ha consolidado. Pero si los artesanales se quejan y los industriales aseguran que nada que ver: ¿quiénes son entonces los que van a beneficiarse del mapa reconfigurado por la Corte Internacional de Justicia? La SNP responde indicando la supuesta existencia de una “pesca artesanal de altura” que sería una capaz de internarse muchos días hacia la altamar, para buscar especies como pez espada, perico, atún y otros.

Por lo que sabemos lo usual es que en estas distancias de la costa operen grandes embarcaciones con instrumentos para la extracción de peces de gran tamaño. Por eso es que entre los pescadores del sur muchos han sonreído con las palabras de Conterno. Pero tal vez lo más curioso de ellas, sea que los grandes poderes de la pesca salgan diciendo que el gran espacio de mar abierto más allá de las cien millas donde circulan las flotas de  otros países (Rusia, Japón, China, etc.), no les interesa porque a lo que ellos se dedican es a pelearle la anchoveta a las bolicheras y barcos pequeños lo más cerca de la costa que sea posible. No tenemos en realidad inversionistas pesqueros como los de otros países, incluso de Ecuador o Chile, que tienden a la diversificación y a la prioridad de la pesca para la alimentación directa poniendo dinero en barcos con tecnologías y refrigeración para recoger especies de gran valor económico y nutritivo.

Pero si se mira desde otro ángulo es también extraño que a pesar de que los asociados de la SNP podrían haber sido grandes beneficiarios si se aplicaba la bisectriz en la nueva frontera entre los dos países, estuvieran ausentes de los debates y básicamente desinteresados por lo que pudiese pasar en La Haya. Esto tal vez no sea sino el reflejo del entrelazamiento de intereses con los de los chilenos con los que comparten inversiones y directorios, y a los que ayudaron a posicionarse en la industria harinera como bien ha explicado Juan Rebasa en diversos artículos. Para ellos el estatus quo era la mejor noticia.

30.01.14

miércoles, enero 29, 2014

La Zarina y las esterilizaciones forzadas

En un artículo reciente Gustavo Gorriti, le sale al frente a Martha Meier Miró Quesada que había escrito una columna vinculando la crítica a la concentración de medios, al supuesto pasado prodictatorial de los críticos. Con elegancia el periodista de Caretas recuerda a la zarina los antecedentes velasquistas, y agregaría morales-bermudistas, de uno de sus más cercanos colaboradores que también quiere dar lecciones de democracia y libertad de expresión para justificar el cuasi  monopolio de prensa. Y va aún más allá, citando a la propia Martha en sus días de candidata del fujimorismo, nada menos que en el año 2000, cuando decía que la libertad de ideas estaba garantizada, en medio de un país sofocado por diarios chicha, prensa comprada y autocensurada.

Por supuesto que la orgullosa editora de fines de semana, no contestó nada como suele hacer, convencida que todo el que se refiere a ella lo hace “por envidia” a su gran periódico, pero a mí el incidente me trajo a la memoria cuando ella estaba exilada (le cerraron su página de ecología), e intercambiaba mails y luego conversaciones personales con amigos de izquierda que cualquiera pensaría que nunca tuvo. Ahí, cuando todavía no era zarina y el tema de su extraña candidatura abrazada con Martha Chávez era siempre el argumento que le sacaban para acallarla, su respuesta solía ser que se metió a postular para tener una plataforma desde la cual hacer frente al sector de su parentela que tenía el control del diario. Pero justamente algunos de los que más suscitaban su molestia que eran los que mantienen fuertes intereses económicos fuera de la prensa, y que daban mayoría al antiguo grupo de los “alejos” (Alejandro Miró Quesada Garland y Alejandro Miró Quesada Cisneros), son ahora sus aliados y le permiten dirigir el consorcio de prensa.

El punto es que en todo este trayecto, Martha Meier ha confirmado que su entusiasmo fujimorista del 2000, no fue una calentura momentánea. Lo demostró a cabalidad cuando empezó a despedir periodistas por “humanizar” a Humala en el 2011 y se trajo a Bayly para hacer campaña sucia a favor de Keiko. Lo ha vuelto a afirmar con la contratación de Du Bois como director de El Comercio. Y lo está convirtiendo en redundancia con su insistencia en limpiar al “chino” de uno de sus crímenes más atroces: la esterilización forzada de cientos de miles de mujeres, que según ella es una simple mentira de las ONG. ¿Por qué su obsesión con este tema? Tal vez porque entre en contradicción con sus convicciones religiosas. ¿Cómo ser fujimorista confesional y explicar que el gobierno de sus amores sometiera a las mujeres pobres a la práctica infame de anular su capacidad de concebir violentando la vida de sus familias y poniendo en riesgo su salud? Simplemente negándolo, o diciendo como Rafael Rey, que no fue forzado, sino sin su consentimiento.

29.01.14

martes, enero 28, 2014

Un fallo debajo de lo esperado

Fácil se podría discutir mi titular de ayer: “No hay empate en La Haya”, cuando lo que ha ocurrido finalmente con el fallo de los solemnes jueces reunidos en Holanda es lo más parecido que podía haber a una decisión que le de a las dos partes para decir que han ganado y para lamentar lo que no lograron. El derecho, una vez más, ha evidenciado que no es equivalente a la justicia, lo que quiere decir que lo que se ha plasmado en el fallo no es igual a lo que en frío se podría decir que correspondía a cada uno de los dos países.

La compleja línea de las 80 millas paralelas y la proyección diagonal a partir de ese punto refleja que los señores de la Haya han hilado fino para decir cosas como que había algo parecido a una línea de frontera (posición Chilena), pero que no la había en forma definitiva (posición peruana). ¿Y por qué pudieron moverse en tan delicada cornisa? Por una sola y aplastante razón: porque lo justo de la posición peruana se contrabalanceaba con las concesiones que gobiernos peruanos hicieron hacia nuestros vecinos sureños.

No había una frontera, pero en diversas circunstancias las autoridades de Lima hicieron como si lo hubiera. La línea en paralelo asfixia a Tacna y constriñe la pesca en el sur, pero nuestro país funcionó por mucho tiempo aceptando que los barcos pesqueros que pasaban la línea reclamada por Chile, fuesen detenidos y arrastrados hacia puertos chilenos y sancionados con fuertes multas. Y eso que en la revisión histórico-jurídica no se ha incluido la grotesca manera como la flota industrial del sur peruano se chilenizó entre mediados de la década de los 70 (gobierno de Morales Bermúdez) hasta la mitad de los 80 (segundo gobierno de Belaúnde), a través de la venta de plantas harineras y embarcaciones que antes eran de Pesca Perú.

Gobiernos y empresarios peruanos construyeron el potencial pesquero chileno y cuando descubrieron que no necesitaban más de nuestra ayuda, cerraron la frontera y se apoderaron de una franja de mar a la que no habían prestado importancia. Ayer, los jueces de la Haya, han confirmado el “derecho chileno” a explotar un espacio de mar que viene a ser el más rico de todo su extenso litoral, mientras los pescadores peruanos se han quedado con las redes vacías. El paralelo hasta las 80 millas garantiza que lo que era económicamente más valioso nos fue negado. En ese aspecto no ha habido empate, sino castigo a antiguas debilidades de nuestra historia.

Que no teníamos nada y que nos dieron de las 81 millas en adelante es un hecho cierto. Pero no ameritaba el exceso de triunfalismo que nos envolvió en las últimas semanas. Ni las banderas, ni el poema de García, ni la invitación a Palacio de Humala a casi 300 personas.  

28.01.14
www.rwiener.blogspot.com

lunes, enero 27, 2014

No hay empate en La Haya

Empachado de fallo de la Haya, me he puesto a pensar en algunos de los lugares comunes que han precedido a este 27 de enero, que todos más o menos consideramos decisivo. 

La frase más socorrida es que sea cuál sea el fallo aquí acaban las discusiones de frontera entre Perú y Chile, y a partir de allí el futuro se nos presenta promisorio para los negocios. Es la visión empresarial, sustentada por varios líderes de opinión, que pretenden que hay que pasar de las llamadas “cuerdas separadas” (la demanda separada de las inversiones y el comercio), a una sola cuerda económica en la que ya no haya obstáculos para vender gas al sur, permitir participación chilena en los puertos y el sentimiento de minusvalía que nos impone LAN en nuestro espacio aéreo.

Por supuesto que el fallo cerrará el asunto del mar, para bien o para mal, específicamente en su aspecto jurídico. Pero resta saber cómo se asimilará este resultado por las partes y si los recelos y resentimientos acumulados hallarán una vía para canalizarse. Las controversias incipientes sobre el tiempo que tomará la ejecución de la sentencia, y sobre sus repercusiones en otros espacios, por ejemplo en la porción de tierra que se ubica entre los hitos Número Uno y el de La Concordia son un indicio de que las cosas no son tan fáciles como se dice.

Una versión en línea parecida es aquella que dice que todos ganamos, o casi todos porque los que perderán algo serán los vendedores de armas, los chovinistas y algunos empresarios pesqueros. Casi es como decir que el contenido de la demanda es poco menos que irrelevante y que las molestias chilenas no tendrían base real. No es que se trata de una inmensa área marítima, con un riquísimo banco de anchovetas y reservas minerales, sino de un motivo para demostrar que podemos resolver problemas en un tribunal sin declararnos la guerra. Es verdad que hasta hoy los dos países, mal que bien, se han sometido a los rituales de la justicia internacional, pero eso no quiere decir que les sea indiferente lo que va a ser resuelto.

Y si van a bajar las compras militares, está por verse; así como tampoco sabe uno cuántos políticos a ambos lados de la frontera van a usar el fallo para mover los sentimientos más profundos de la gente. Hay una corriente actualmente en Chile para retirarse de la jurisdicción internacional, tomando en cuenta por ejemplo que se les viene la demanda de Bolivia por acceso al mar. Pero en Perú, se ha hecho evidente que García prefiere una tensión fronteriza a someterse al juicio por los delitos económicos de su segundo gobierno.

Si la población de los dos países ha esperado este día con ansiedad es porque espera ganar en la contienda. Y los dos no pueden declarar la victoria.     

27.01.14

domingo, enero 26, 2014

Yo daba cuenta diaria de lo que hacía a García

Conversando con Rómulo León

¿Para qué sirve un político que no es capaz de llegar al poder?

Con esa frase, Alan García, reclama infructuosamente desde hace tiempo un lugar superior al jefe histórico del APRA que como se sabe murió como presidente de la Asamblea Constituyente, el único cargo electivo que ocupó en la vida.

Rómulo León, el mismo personaje de los petroaudios, el amigo de la juventud de García, al que buscó el peor adjetivo para descalificarlo cuando estalló el escándalo en octubre de 2008, está frente a mí y ha decidido romper el hielo para iniciar una conversación informal, tanteando mi interés sobre detalles poco conocidos sobre la historia del único aprista que llegó dos veces a la presidencia.

Alan puede ser una maquinaria electoral de la que todo el partido se prende y por la que los dirigentes formales sacan la cara, pero hay muchos resentimientos acumulados por malos tratos y la forma cómo se resuelven las diferencias.

¿Tú crees que Jorge del Castillo le va a perdonar que lo dejaran con su gabinete en pleno ante un hemiciclo vacío cuando quería hacer sus descargos, y que Velásquez Quesquén que estaba siguiendo las indicaciones de Palacio, no reinstalara la sesión? Ahora tiene que defender a García porque es el secretario general y se espera que se tomen las acusaciones en su contra como si fueran contra toda el APRA.

Ya había oído que Rómulo es un excelente conversador y ahí lo tenía frente a mí. La cita se concertó porque quería decir a la prensa que los mismos fiscales que archivan las investigaciones sobre García, son lo que insisten en acusarlo en una interminable serie de casos judiciales, donde él piensa que hay una mano maestra.

Yo contesté que estaba dispuesto a darle la oportunidad de hablar. Después de todo soy autor de muchos artículos sobre el asunto de los petroaudios y me parecía periodísticamente muy inquietante tratar directamente con uno de sus protagonistas. Pero el intercambio fue, como no podía ser de otra manera, más allá de los avatares fiscales y judiciales del que fuera el hombre de Canaán y el interlocutor al otro lado de la línea en los sabrosos diálogos con Don Bieto.

El tema que atravesó toda la conversación, por interés mutuo, fue Alan García.

¿Sabes lo que le pasó a su hermano Carlos? Para él, las dos victorias electorales de Alan fueron un calvario. Nunca quiso recibirlo ni conversar con él. Más bien distribuyó una directiva para que no le dieran atención en ninguna oficina pública. La madre de ambos trató de interceder para lograr un encuentro, pero el presidente se negó a todo trato con el hermano.

Carlos García fue profesor universitario y funcionario de organismos internacionales. Murió en febrero de 2008 y fue velado en la Casa del Pueblo, en la avenida Alfonso Ugarte. Ahí el que recibía las condolencias era Alan García, su hermano, que no había querido hablar con él por más de veinte años. Para entonces Alan se había distanciado mucho con la militancia, pero no tuvo empacho en reaparecer como un sufrido deudo, que recibía el pésame del pueblo aprista.

Los petroaudios y  Garrido Lecca


A mí me llamaron al Hotel Country, después que la delegación dominicana política y empresarial  encabezada por Peggy Cabral, viuda del dirigente político Francisco Peña Gómez, muy cercano al APRA, se hubiese reunido con el presidente y las autoridades del gobierno, dice Rómulo León, porque García había recomendado su nombre a uno de los empresarios que tenía vivo interés de hacer inversiones en el Perú.

Efectivamente un día después, uno de los presentes, inconfundible por su extraño peinado y la manera como se hacía notorio en el grupo, lo llamó a su teléfono para proponerle un encuentro y decirle que volvería pronto a Lima y que quería ver la manera de que trabajara para él. Pocos días después estaba de regreso, lleno de entusiasmo por lo que habían sido sus primeros encuentros con los peruanos y seguro de haber conquistado el apoyo del presidente.

Quería que Rómulo fuera su representante por un salario mensual de 5 mil dólares y lo ayudara a llegar a los ministros y funcionarios que verían los proyectos en lo que estaba embalado referidos a construcciones carcelarias y hospitales de la red del ministerio de Salud.

Yo acepté, pero cuando me hice cargo ya se había producido la primera entrevista con el Dr. Vallejos que era el ministro de Salud, apunta el padre de Lucianita. Pero estuve en las siguientes reuniones en el MINSA y acompañé a Canaán al ministerio de Justicia donde la ministra María Zavala con la que hubo dos entrevistas, añade.

Y, como no pierde oportunidad para agregar una anédota, me cuenta que en la segunda visita al MINJUS, estaba también presente el general Carrión, jefe del INPE, que luego que el dominicano del copete presentó sus diapositivas tridimensionales para mostrar los adelantos en arquitectura carcelaria, dijo en tono despectivo que esas eran construcciones para otros países, burlándose de los techos a dos aguas que según dijo eran para áreas lluviosas y no para el Perú.

A esto, según Rómulo, le sigue que Canaán se para y dice que da por terminada su gestión advirtiendo que no haría ningún trabajo con el ministerio mientras tenga jefes como el general que no sabía que los techos en punta eran para que los internos no ocupen las azoteas como suele pasar en los motines. Zavala, apenas si alcanzó a darle la mano. Pero no le fue mejor con Vallejos que tampoco pudo llegar a ningún acuerdo y poco después dejó el ministerio.

Esa fue mi perdición, me dice sorpresivamente. Y añade: no sé donde había leído que el mejor ministro de Salud no había sido un médico sino un ingeniero agrónomo, Eduardo Watson Cisneros, bajo el gobierno de Prado, en 1961, se lo dije a Alan para que ensayáramos alguien más ejecutivo y ahí surgió el nombre de Garrido Lecca, que se encontraba en el sector Vivienda, lidiando con el tema de la reconstrucción de Pisco e Ica.

¿Por qué tu perdición?, le pregunto.

Porque el que estaba siendo chuponeado era Hernán, que se había metido a liberalizar las importaciones de cemento, suscitando la irritación del grupo Cementos Lima, que encargó a sus abogados buscar informaciónsobre sus movimientos.

Ahí es donde entra BTR, que chuponea al ministro por el asunto del cemento, y termina captando las conversaciones de Rómulo León con Garrido Lecca sobre hospitales y de ahí las de Rómulo y Canaán, Rómulo y don Bieto, y así sucesivamente. El estudio que recibió la información fue el de García Sayán, y uno de sus abogados estrellas era Alberto Varillas, marido de Rosa María Palacios, y gerente legal de Petrotech. Tal vez por todo este enredo de relaciones es que García decide que los chuponeadores eran pagado por la empresa petrolera y se la agarra con ellos.

Petroaudios y García


Yo informaba a Alan García de mis gestiones y lo que hacía con Canaán, casi todos los días, asegura Rómulo. Le enviaba mails, que no contestaba, aunque de vez en cuando conversaba con Mirtha Kunza, su secretaria en Palacio, y con Luis Nava, secretario de la presidencia, que me preguntaban detalles sobre mis correos. Todo eso estaba registrado en el disco duro de la computadora que me incautaron cuando estaba escondido y que se mantuvo en poder de la Policía y del fiscal encargado hasta que pasé al juez, subraya León para que le crean su historia.

¿Sabes lo que pasó con esos correos?, me pregunta. Y sigue: cuando deslacraron mi computadora y la encendieron ya no estaban, los habían borrado, y habían también limpiado los mails con otros ministros, con los secretarios de Palacio, y me habían agregado unos supuestos correos con mi hija en la que ella se incriminaba como si hubiera estado al tanto de lo que hacía. Parecía una trampa para involucrarla. Felizmente se estableció que eran correos falsos que fueron colocados de mala fe, dice alegando con las manos.

¿Quién ordenó destruir unas pruebas y fabricar otras? Deja la respuesta en el aire, y apunta que el que tuvo a su cargo la computadora fue el equipo del general Hidalgo, el mismo que actuó en el caso BTR, y los fiscales designados por Echaiz.

Hace una digresión y apunta que los fiscales Echaíz y Peláez, responden al partido y a Alan García, aunque últimamente los hayan hecho pelear como si fueran de dos líneas opuestas. Pero tal vez se deba a que ante la Megacomisión, la doctora corrigió al expresidente y precisó que ella fue llamada a Palacio y que no fue su iniciativa participar del caso BTR, sino una invitación del presidente.

Parece que eso no le gustó a Alan y no se lo perdona, reflexiona Rómulo en voz alta.

Rómulo León y sus procesos


El caso petroaudios está entrampado en la justicia. De un lado porque no se ha terminado de definirse el asunto de la “prueba prohibida”, o sea saber si los audios captados ilegalmente pueden ser pruebas en un proceso. Y de otro porque no habiéndose realizado las licitaciones y la construcción de los hospitales, ni habiéndose entregado el lote del famoso “faenón” de Discovery Petroleum, no se ha logrado tipificar los delitos por los cuales se estaría acusando a los implicados.

Pero sí existen derivaciones del caso, que surgen de las investigaciones posteriores. Una de ellas es el denominado caso de los Hopitales e Inscripción de Fortluck (empresa de Canaán) en la que se acusa a León de haber hecho pagos a un funcionario del MINSA para obtener información privilegiada (cosa que niega, señalando que no hay elementos probatorios); de hacer tráfico de influencias para conseguir que se asignen las buena pro a favor de la empresa de Canaán (el punto fue desestimado en primera instancia y está en apelación); y de haberse concordado (cohecho) con funcionarios del Estado para la inscripción irregular de Fortluck y por un monto muy superior al que había originalmente solicitado.

Sobre este último asunto, Rómulo León asegura que concluyó su relación de trabajo con Canaán en marzo del 2008, en términos ásperos que están reflejado en los propios petroaudios y que la inscripción en CONSUCODE que es la materia de la acusación se hizo el 30 de junio del 2008, a cargo de su nuevo tramitador, Guillermo Gomero. El fiscal pide 12 años de prisión por este caso. Y Rómulo me emplaza otra vez: ¿quién crees que está detrás?

Una reflexión final


Después de conversar con Rómulo León no he cambiado mi idea sobre los métodos del gobierno aprista para captar inversionistas y manejar las obras del Estado. Mi propio interlocutor lo reconoce cuando indica que Canaán insistía en que el presidente ya le había asegurado que él haría los hospitales, a pesar de que en el camino había que pasar por licitaciones. Pero también soy consciente de que después del maxiescándalo de los petroaudios (especialmente por lo procaz de las conversaciones), el tema ha perdido peso por la aparición de otros casos de corrupción mucho más graves como Narcoindultos, Decretos de Urgencia y el propio caso BTR. 

Por otra parte me parece de legítimo interés periodístico saber la versión de uno de los protagonistas principales del último quinquenio aprista, cuya peculiaridad es que en ese lapso no ocupó ninguna función de gobierno, pero sí muchos titulares entre 2008 y 2011. Definitivamente se trata de alguien que conoce muy bien a Alan García lo que hace muy interesantes muchas de sus afirmaciones. 

26.01.14