martes, julio 22, 2014

La unidad de izquierdaque se evaporó en el aire

La izquierda volvió a ser la izquierda en el proceso de inscripción de candidatos a las elecciones regionales y municipales. Hace un año, muchos creyeron que la conformación del Frente Amplio auguraba el inicio de una política común ante un enemigo que se había envalentonado luego de someter a Humala y convertirlo en su “cosito” de cinco años, y se proyectaba a arrasar en los siguientes episodios electorales.

Un bloque de izquierdas cohesionadas podía ser un factor positivo en un país desconcertado que había votado consistentemente hacia la izquierda entre el 2010 y el 2011, donde los datos más significativos eran la elección municipal en Lima, la regional en Cajamarca y otras que habían escapado del control de las derechas tradicionales, victoria del nacionalismo aliado con la izquierda en la primera (31%) y segunda (51%) vueltas presidenciales y parlamentarias, y que estaba concluyendo en un dominio total de los viejos poderes que se sentían más fuertes que nunca con esa singular ubicación que les permitía el actual gobierno, de ser oficialistas y opositores a la vez.

Pero, transcurrido el tiempo, el novísimo bloque de la izquierda se pasmó. Coyuntura tras coyuntura fueron pasando delante de sus narices, en medio de un silencio estruendoso frente a los acontecimientos, a veces roto por alguna declaración formal, sin consecuencias prácticas. A pesar de que algunos de los  partidos del Frente Amplio, habían sido protagonistas del primer estallido social contra el gobierno Humala (Conga), la alianza de seis partidos no pudo resolver una posición en común ante la continuidad de los proyectos de la gran minería y las resistencias comunales sobre los mismos. De esa manera el entronque entre la izquierda y los sectores movilizados quedó debilitado. Y si se trataba de dar una perspectiva que superara los excesos de radicalismo de Cajamarca 2011-2012, tampoco se hizo.

La mayor batalla directamente política fue la que ocurrió en Lima con el asunto de la revocatoria y lo más que se puede decir es que la izquierda acompañó lealmente a la alcaldesa pero que fue parte de un movimiento bastante más amplio que ella. El problema vino después. Con un resultado que algunos pueden calificar de estrecho, pero que en realidad había reunido el voto de más de la mitad de la gran ciudad para rechazar el intento de Castañeda y una enorme red mafiosa de adelantar la captura de la municipalidad más grande del país, la izquierda perdió el paso y tuvo demasiados escrúpulos para plantearse que la alianza del No, era una plataforma para la continuidad de la acción política en los siguientes meses y para reordenar el trato con la alcaldesa.

En noviembre del 2013, la izquierda fue a la elección de regidores substitutos de los revocados como un fantasma verde y negro que muy pocos identificaban, anunciándose como “el partido de Susana” y cayó, junto con sus exaliados de la revocatoria, en la trampa del off side que les hicieron Castañeda y sus amigos que no disputaron este segundo round, que se convirtió en una disputa intrascendente entre los que hacía poco decían que la “continuidad de la gestión” era lo más importantes del mundo, y ahora querían resolver quién se quedaba con más regidores. La izquierda reivindicaba su relación con la alcaldesa pero no el compromiso que se había asumido con los electores. Así con la misma indiferencia como se vio diluirse el potente capital electoral de las presidenciales y se impuso la idea de que había que experimentar más bien algo nuevo que nadie sabía lo que era, igualmente la izquierda desperdició el momento de la revocatoria y se contentó con quedarse con tres regidores por veinte revocados.

Los problemas


El nombre que la izquierda asumió para su nuevo proyecto unitario había sido adoptado de la experiencia uruguaya, pero si en ese país tenía un sentido bastante claro de unir a las izquierdas con otros sectores políticos conformando un amplio bloque de gobierno, en el Perú no se sabía si lo que se quería decir era que la mayor amplitud alcanzable era la de seis partidos izquierdistas, con sus diversos matices, que de acuerdo a lo que ha pasado en estos día parecía ser lo que estaba en algunas cabezas; o que el Frente Amplio de seis era en alguna forma una semilla de una convocatoria más extensa, que es como también ha sido evidente era lo que piensan otros. En la confusión lo que quedaba era que el nombre quedaba sólo en eso,  en un nombre, una marca que había tenido algún éxito en otra parte, pero que no se trataba de un modelo o una estrategia determinada. Claro que tampoco se quería reeditar la vieja Izquierda Unida (IU) Entonces, ¿qué era lo que realmente se estaba buscando?.

¿Era “amplio” el Frente Amplio? Digámoslo de otra forma: la población que se enteró de los acuerdos de unidad de algunos partidos de izquierda ¿estaba viendo ahí una expresión significativa (amplia) de la sociedad y la política nacional capaz de contraponerse a la maquinaria de la derecha? La IU era, como se recuerda, una coordinadora de jefes políticos de la partidos de izquierda unidos en torno a un candidato con el suficiente poder de maniobra como para mantener juntos a las distintas tendencias y con un peso electoral que se aproximaba al 30%. Cualquiera que fueran sus defectos, la IU era un actor político real, con algún tipo de funcionamiento parlamentario y municipal, y del que ninguno de sus componentes se atrevía a apartarse porque corría el riesgo de quedar aislado. La Izquierda Unida era experta en postergar las decisiones críticas, para resolverlas contra el reloj, y en dejar las listas hasta la última hora para negociarlas sobre el riesgo de quedar descalificados.

El Frente Amplio dice que no es una reedición de IU. Pero no lo es en mucho de lo que tenía de bueno: liderazgo claro, partidos fuertes, sentido del momento político, estrategias sostenidas, etc. Y, como se ha visto hace unos días, ha recreado parte de los viejos vicios, que han servido para hacer volar por los aires una unidad que se ha probado como tremendamente frágil. El MAS yendo solo en Cajamarca , pensando hacer una plaza de fuerza para poner condiciones al resto, consiguiendo que el gobierno y la derecha aprecien como totalmente aislado al presidente regional y candidato a la reelección, lo que era el mejor momento para procesarlo y detenerlo.

Lima, con el Frente Amplio anunciando una “gran coalición democrática” en una semana, con Tierra y Libertad y su inscripción (la única de la izquierda) abandonando el frente porque la coalición que pretendía Villarán era demasiada amplia para su gusto. Los cinco partidos restantes acompañando a Susana a sacar una candidatura de emergencia con el membrete de Diálogo Vecinal, y el MAS-Patria Roja abandonando el nuevo bloque porque veían que el reparto final no iba a favorecerlos. El PS haciendo renunciar a su postulante por el lugar que le tocó en la lista. Acusaciones a Fuerza Social de haber manejado arbitrariamente la lista de Lima y de haber privilegiado a Perú Posible sobre la izquierda.

En fin, un laberinto incomprensible, que se repite en un Frente Amplio sin MAS-Patria Roja en Arequipa,  otro de Tierra y Libertad en el Cusco que los demás no apoyan y así se podría seguir. ¿Qué indica este despelote? Lo que habíamos dicho antes: que el Frente Amplio realmente no existe, que en la prueba de la vida la unidad de la izquierda vuela por los aires, que nadie tiene una idea clara sobre la amplitud de los compromisos que corresponden a esta etapa político, que no hay una reacción a la altura del reto político que plantea la derecha. En otras palabras, que si la izquierda de los seis partidos, o de cuántos sean, no es capaz de dar lugar a un proyecto de unidad mucho más avanzado que los que han producido hasta ahora –se me ocurre, proponerse ser un solo partido, en un proceso que se inicia desde ahora-, lo que van a cosechar este año y los siguientes van a ser soberanas derrotas.

Y, como se decía en mis tiempos, después de la faena, volveremos a vernos las caras a la hora de las autocríticas.      

22.07.14

Publicado en Hildebrandt en sus Trece

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Hace un buen tiempo escuche decir al lacayo jaime bayly que alvaro uribe velez fue el mejor presidente de Colombia, mientras a uribe velez en los EE.UU, el mismo país que arropa y protege al doble filo bayly, se lo califica de narcotraficante y de cómplice de los crímenes de los paramilitares. En el año 2004 al Archivo Federal de Seguridad de Estados Unidos dio a conocer un documento producido en 1991 en el que se acusa al por entonces Senador Álvaro Uribe de ser uno de los principales narcotraficantes de Colombia, referenciado como el hombre N° 82 en un listado cuyo puesto 79 ocupaba Pablo Escobar Gaviria, capo del cartel de Medellín. El que quiera leerlo no tiene más que apretar un botón en la computadora en “Álvaro Uribe Vélez Desclasificados”. El informe también asegura que Uribe “se dedicó a colaborar con el cartel de Medellín en los más altos niveles del gobierno. Estaba vinculado a un negocio involucrado en el tráfico de narcóticos en Estados Unidos. Su padre fue asesinado en Colombia por su conexión con los narcos. Uribe trabajó para el Cartel de Medellín y es un estrecho amigo personal de Pablo Escobar Gaviria”
”Uribe es un bandido igual a mí, también delinquió”, acusó ‘Alberto Guerrero’. “Yo le digo al presidente Uribe que se desmovilice del paramilitarismo por lo siguiente: resulta que todo combatiente de un grupo al margen de la Ley, llevamos dos fusiles: llevamos el fusil físico y el fusil mental. El que lleva el fusil físico ni siquiera sabe por qué está matando, entonces, el peligroso es el que piensa, el que lleva el fusil en la mente. Resulta que el ex presidente Uribe no ha soltado el fusil que lleva en la mente. Porque es un hombre de guerra. Él no es un hombre de paz”, indicó alias ‘Alberto Guerrero’.
Hace unas semanas, cuando el presidente fue reelecto, una opinión casi unánime se instaló entre los colombianos: los votos decisivos no los habían puesto quienes lo querían a él de presidente, sino quienes no querían al otro. En otras palabras, una parte considerable y definitiva de quienes eligieron a Santos no votaron por él, sino contra Álvaro Uribe: el expresidente que lideró el Gobierno más corrupto de la historia reciente. Tras la primera vuelta de las elecciones, en la cual su candidato logró una victoria temporal frente a Santos, una diputada lanzó un trino que pasará a la historia tanto por su retórica macartista como por sus problemas de redacción y ortografía: “Agradecemos a Dios todopoderoso, al pueblo colombiano y al expresidente Uribe por no dejar caer la patria en manos del comunismo ateo. Amén”. Por supuesto, esta fue la misma diputada que se alegró tras la muerte de García Márquez, diciendo que pronto él y Fidel Castro estarían en el infierno. Imaginaron, finalmente, a un presidente cuyo primer acto oficial es patear la mesa de negociaciones de La Habana. Los diálogos de paz han sido el enemigo número uno de Uribe, y su candidato-títere, obedientemente, prometió acabar con ellos tan pronto llegara al poder. (En el momento más bajo de su campaña, en un incomprensible ataque de personalidad, cambió brevemente de opinión: dijo que los continuaría. Pero sólo consiguió indignar a los propios y hacer que los ajenos desconfiaran aún más de él y de su mentor). Es que así son estos derechistas GUACALA. Si o No

Anónimo dijo...

Nada de “anónimo”, soy Ambrosio

Don Raúl se refugia en creer que el triunfo de Humala fue un triunfo de la Izquierda, descalificándose como analista político una vez más. Don Raúl es un marxista leninista sectario, ciego a la realidad, no entiende que Humala fue elegido gracias al elocuente antifujimorismo del liberal Mario Vargas Llosa, y a la promesa al electorado de (de Humala) de seguir fielmente el artículo 118º de la Constitución Política del Perú, “Cumplir y hacer cumplir la Constitución y los tratados, leyes y demás disposiciones legales”. Fuera quedaron los golpes de estado (como el de Fujimori) por parte de Humala, que Wiener pensaba enchufar a los peruanos en el “gran cambio”.

Un segundo problema es que la “unidad de la izquierda” peruana es un oxímoron (“combinación en una misma estructura sintáctica de dos palabras o expresiones de significado opuesto, que originan un nuevo sentido”) como “silencio atronador”, “fuego helado”, “es herida que duele y no se siente”… La Izquierda de una democracia debe ser primero “democrática”, aceptar la voluntad de la mayoría, renunciar a los golpes de estado y al marxismo leninismo como el Partido Comunista Italiano. Eso tipo de izquierda no la tenemos por aquí. Tenemos, en cambio, una serie de díscolos grupos antiprogreso, buenos para las pataletas y quemar llantas en las carreteras, opuestos a todo lo que signifique empleos si hay alguien que “gane algo”, exguerrileros terroristas maquillados de luchadores ambientalistas.

Los peruanos nos beneficiaríamos si tuviésemos una izquierda democrática formal, una socialdemocracia como el PSOE de España o el Partido Socialista de Francia, que el electorado pueda tomar en serio como alternativa. No la tenemos en el Perú, como los chilenos tienen una izquierda ilustrada y preparada en la Concentración. Las “Izquierda Unida”, los “Frente único de izquierdas” es una reunión variopinta de caciques sin madurez ni vocación política, sin estudios, aspirando todos a ser el “jefe máximo”, el que mande, o el que “más mee”, como dicen en Centroamérica.

Anónimo dijo...

Con "Chiquito Rosel" como candidato a una alcaldia, Susana Villarán quiere institucionalizar la política. ¿Y el Puma Carranza? ¿Shirley Sherres? ¿Por qué no? Esa es la mejor carta de la izquierda nacional.

Anónimo dijo...

Lo que no le perdono a Susana es su componenda con Perú Posible. Va frita con Freitas. Ya sé que ha sido víctima de un injusto bullying que le ha mezquinado el reconocimiento de reformas e inversiones trascendentes. Lástima que se levantó del apanado y confundió a victimarios con defensores. Al ir con Freitas, política de camarilla y de repartija, escupe la mano de quienes confiaron en ella y en que iba a construir un nuevo estilo de hacer política.

Anónimo dijo...

¡Qué perversa y antiperuana es la izquierda peruan! Winer sca pecho por algo que únicamente alguien que desee que los peruanos no tengan trabajo, disminuya el PBI puede decir.

Los miserables organizaron un sabotahe: "primer estallido social contra el gobierno Humala (Conga), la alianza de seis partidos no pudo resolver una posición en común ante la continuidad de los proyectos de la gran minería y las resistencias comunales sobre los mismos". O sea que el Perú se joda porque los odiamos.

Y después lloran porque todos los detestan.

Anónimo dijo...

No creo que te llegue una tarjeta de Navidad y Año nuevo este año, Raúl. Así que "cosito"... Jua, jua, jua, jua

Héctor Mejía dijo...

Como siempre la izquierda es buena sólo para pelearse entre ellos, ni siquiera porque estan en la lona son capaces de tener un minimo de instinto de supervivencia y unirse para no dar pena en estas elecciones. Me hace acordar cuando Sofocleto sarcásticamente escribia "...y un parlamentario de IU cuando se pongan de acuerdo (mas o menos en el año 3000).
de otro lado no entiendo al austriaco de la carabina cuando dice que no tenemos una "izquierda democrática formal" si ahora todos los políticos se declaran de izquierda:
El ladrón dice ser un socialdemócrata de izquierda, la hija del ladrón manifiesta ser de centro-izquierda y el sobrino del Tio sam es "de ideas socialistas", asi que mas bien en la derecha solo queda el PPC, que en cualquier momento tambien se declara de centro-izquierda, con lo que la derecha quedaria mas vacia que el cerebro del austriaco.

Anónimo dijo...

Ahora si el troll alditus u odle o ambrosio llegó al paroxismo pretendiendo con su afirmación de la "unidad de la izquierda" es un oximoron, al parecer, tiene muchas confusiones con la media neurona que aún le queda a sabiendas que la "unidad de la derecha" no es más que un oxipuquio, lugar común donde no le da el sol y de donde salen los neoliberales quienes con su manida confusión hablan del gran cambio cuando muy bien saben que se trata de la "gran transformación" que más temprano que tarde llegará.

Anónimo dijo...

Saludos a Raúl de un lector. Buen debate, Liberales 5, izquierda peruana 0

La "gran transformación" será cuando la izquierda peruana encuentre la luz del entendimiento aceptado la cultura de la libertad.

Desde Bruselas, Bélgica.

Anónimo dijo...

Tan ridículos son los adjetivos que utiliza el imberbe y bribón de alditus u odle o ambrosio que cual bumerang le explota en la cara como "experto" panfletario, acartonado, adicto a los adjetivos y furiosamente picón, sino vean la espuma que arroja por sus fauses.