martes, junio 09, 2015

Despedidos de Petroperú

Están por cumplirse 20 años de la privatización parcial de Petroperú y del despido por paquetes de decenas de sus trabajadores. En Talara hay un grupo de 85 trabajadores que han mantenido su exigencia de reposición de 1996, en que fueron echados a la calle, cuyo caso llegó a niveles internacionales. La  Comisión Interamericana de Derechos Humanos recibió el caso en el mismo año 96 y lo numeró como el proceso 11.602

Desde su ingreso a esa instancia, el reclamo fue sometido reiteradamente a mecanismos de conciliación y arreglo amistoso, que los representantes del gobierno peruano y los altos funcionarios de Petroperú evadieron o intentaron reducir a una transacción económica por una mínima parte de lo adeudado, negando la posición mayoritaria de los despedidos de volver a su puesto, por considerar que no eran “aptos” para volver a trabajar en la empresa. Este desencuentro se volvió sistemático y ha atravesado a sucesivos gobiernos, algunos de los cuales quisieron hallar solución, encontrándose con el duro escollo de la burocracia empresarial que funciona como si la empresa petrolera fuera de su propiedad.

En septiembre de 2009, se abre una esperanza con la creación de una Comisión Especial para el caso encargada de encontrar una solución amistosa entre las partes. Esta Comisión trabajó en la última etapa del gobierno de García y en los primeros años del de Humala, y no llegó a nada, a pesar de los múltiples esfuerzos por lograr alguna salida. A mediados de 2013, se dan por terminadas las negociaciones cuando se anuncia que no habrá reposiciones y que las compensaciones que se ofrece pagar son muy inferiores a las indemnizaciones adeudadas.

Entre el 2013 y 2014, la Comisión Interamericana canaliza sus últimos esfuerzos para un acuerdo y se formalizan los documentos de la representación de los peticionarios y de la Comisión gobierno-empresa, que agotan el procedimiento de solución amistosa. En mayo del 2015, la Comisión Interamericana anuncia que ha concluido su informe de fondo sobre el caso 11.602, después de lo cual la Corte de Derechos Humanos de Costa Rica  deberá judicializar el caso y concluir en una sentencia ante la terca intransigencia de los mandamases de Petroperú que tienen cualquier cantidad de años en la empresa, sueldos elevado y múltiples privilegios, a los que se aferran, pero que son insensibles al dolor y postergación de sus excompañeros de trabajo abandonados a su suerte varios de los cuales han muerto en el vía crucis del reclamo contra el despido arbitrario.


Las instancias internacionales a las que se tiene que recurrir cuando no hay justicia dentro de las fronteras, es un factor positivo, aunque sufra de lentitud, precisamente por el esfuerzo de no aparecer impositiva ante los Estados soberanos que reconocen su jurisdicción, pero muchas veces resisten sus recomendaciones y se irritan por sus sentencias. Esperemos que el caso de los trabajadores de Petroperú se resuelva lo más pronto posible.

09.06.15

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