martes, julio 21, 2015

Así que nadinista, ¿no?

Algunos piensan que cuando hago una crítica a la Comisión Belaúnde Lossio por dispersa y malintencionada, lo que estoy haciendo es sacar la cara primera dama, lo que probaría que sigo siendo una especie de falso opositor que cuando los temas queman, me pongo a hacer disquisiciones salvadoras.

Ajá. La clave está en el mismo resumen que acabó de hacer. ¿Dónde está la quemadera en este momento? Primero, lo obvio. Es decir que las garantías de estabilidad que la tecnocracia y los medios de comunicación le ofrecieron a condición que les dejara el manejo económico, con lo que llegaría a fin de gobierno, con un respetable nivel de aprobación, se han agotado.

Ahora la pregunta es: ¿quién es el responsable de este fracaso?, ¿la teoría (modelo económico) que dio hasta un punto y de ahí se fue asfixiando?; ¿la falta de liderazgo político del presidente?; ¿las resistencias de masas en diversos puntos que han retardado las inversiones?

Todos sabemos, desde hace un  cierto tiempo, que se está preparando un discurso que apunta a decir que el modelo goza de buena salud y es enarbolado por los principales candidatos, mientras el liderazgo débil, populista, influenciable del presidente ha desperdiciado miles de millones de dólares. Por cierto, también las izquierdas y los movimientos sociales han puesto lo suyo. 

Segundo, que la falla Humala, está ubicada en el lado de su mujer y en la manera como luce su condición de “cosito” o “pisado”, para burla de la gente. No faltan los que afirman que eso ha matado políticamente a Humala. Y parece reinar una amnesia colectiva sobre los días en que Nadine era reputada como la inteligente (la que reimpuso el modelo) y la que tenía las relaciones con el capital.

Y no era un invento. Vásquez Kunze escribía por el 2013, sobre que no había de nada de malo que la esposa, fuera de los espacios institucionales, aconsejara y discutiera con el presidente. Y, como eso, hay manidas repeticiones como el caso de los activos que Repsol puso a la venta o como la decisión de sacar de agenda al salario mínimo y de paso al premier Villanueva.

Por entonces a los críticos de este episodio, nos tacharon por querer frenar la total tecnocratización del poder político, mientras Nadine batía palmas por Cornejo, Castilla y otros. No, la crisis no empezó con la luz verde a Cateriano, el despido de Villanueva y otras impertinencia, como dar la espalda al esposo en ceremonia pública o invadir reuniones a la que no estaba invitada.  

Si estas fueran la causas, sumadas a las carteras, chocolates, vestidos, tarjetas de terceros, alquiler de casa de playa, o mantener algún “amante secreto”; seríamos el país más ridículo del mundo. Pero ahí es donde uno debe darse cuanta del truco: lo que está moviendo es la idea de un presidente y primera dama, que en vez de ejercer “liderazgo”, eran unos arribistas que se dieron a la buena vida. Y que venga ahora uno de derecha para que dirija una política de derecha, por cinco años más.
18.07.15

1 comentario:

Anónimo dijo...

Nada de "anónimo", soy Ambrosio

El lugar dónde don Raúl muestra sus colmillos es al creer que, un el candidato elegido como presidente para defender y actuar constitucionalmente, es, en cambio, el líder victorioso del asalto a una plaza medieval y tienen derecho a quedarse con las propiedades, violar a la mujeres, y proclamarse el rey o "máximo líder de la revolución", como Fidel Castro o Hugo Chávez: el segundo en elección, el primero en un golpe de estado.

Don Raúl delira la creer que un grupo (cámara de comercio o asociación departamental) puede (en el Perú o alguna democracia) "ofrecer" "garantías de estabilidad que la tecnocracia y los medios de comunicación le ofrecieron", imagino que Ollanta Humala, "a condición que les dejara el manejo económico, con lo que llegaría a fin de gobierno, con un respetable nivel de aprobación, se han agotado".

Es que no tienes idea de lo que hablas, Raúl. Pareces un iluminado. Y dale con lo de "agotado". Los que no se han agotado son los marxistas de mentir...

Y por supuesto que defiendes el origen, el pecado inicial, el origen de La Primera en manos del "empresario" Martín Belaunde, "Belaunde, el misio", que, de pronto tuvo el billete para fundar el medio donde chanbeas.